La doctora Sebastiana Arroyo, docente de la Escuela Universitaria ADEMA, considera a los odontólogos-estomatólogos “claves” para detectar casos de violencia doméstica. El denominador común de estas lesiones es que se presentan en forma de fracturas, roturas o lesiones en los labios y la lengua. La Dra Arroyo recomienda que los dentistas que se formen en cursos especializados para identificar posibles heridas generadas por esta violencia.
7 de cada 10 casos de lesiones por violencia interpersonal causan daños en el área bucodental. Ante estas cifras que se desprenden de diferentes informes internacionales analizados por la docente de la Escuela Universitaria ADEMA, que asegura en su investigación “Lesiones traumáticas orales como signo de violencia, importancia de la detección de la visita dental” el papel relevante de odontólogos y estomatólogos para detectar esos casos.
La investigadora y docente señala que el papel de estos profesionales es “clave para determinar las causas de identificación de los diferentes casos y posteriormente informar sobre ellos, ya se trate de violencia doméstica, maltrato infantil o a personas mayores”. Y añade que “los denominadores comunes en estas lesiones se tratan de fracturas, roturas o heridas en los labios y la lengua”.
Lo que llama la atención, en palabras de la doctora, es que “los pacientes cuyas lesiones orales son debidas a accidentes fortuitos suelen acudir inmediatamente a la consulta. Sin embargo, lo pacientes que han sufrido violencia especialmente interpersonal suele acudir un tiempo después”. Asimismo, la doctora se detiene en diferentes motivos que suscitan sospecha de abuso.
Es el caso de “el impedimento, la voz impositora de los familiares para que el paciente comunique lo que le pasa, el miedo, el llanto, la tartamudez o la inseguridad, o la falta de cuidado personal”, que aconseja a los profesionales de la salud de la boca que tengan presente y valoren como signos de alarma para llegar a casos de violencia doméstica activa que puedan ser de ese modo atajados por los medios legales disponibles.
En este sentido, advierte que, en el momento de la exploración en el caso de lesiones de niños, se observan heridas en los tejidos blandos, presencia de caries en dientes definitivos y temporales que no han sido tratados, pérdida de algún diente anticipadamente al momento del recambio dental y ausencia de mantenedores de espacio, problemas de maloclusión y ausencia de tratamientos restauradores o lesiones en el frenillo labial o lingual.
Por otra parte, en el caso de mujeres y/o adultos, el estado oral suele ser deficiente con la presencia de candidiasis y lesiones en las mucosas por para funciones como mordedura de la mucosa yugal o bruxismo, lo que indica el nivel de estrés emocional al que están sometidos. Las complicaciones de traumatismos como cambio del color de los dientes, desplazamientos dentales y fistulas suelen ser comunes.
En pacientes geriátricos dependientes se suele observar falta de higiene oral, pérdida de dientes que no han sido sustituidos y suelen ser portadores de prótesis muy antiguas y deterioradas, lo que indica la falta de cuidado y la dejadez por parte de sus familiares en el bienestar del paciente. Por último, en pacientes con necesidades especiales suele observarse la presencia de patología periodontal debido al acumulo de sarro por la falta de cuidado oral.
También se observa en esos casos la ausencia de tratamientos conservadores y la falta de controles dentales habituales. La cavidad oral también puede presentar signos que indiquen abuso sexual. Las petequias en paladar suelen estar presentes en casos de felaciones forzadas, así mismo pueden detectarse condilomas acuminados, chancros sifilíticos y otras manifestaciones de enfermedades de transmisión sexual, afirma la docente.
Finalmente, la doctora Arroyo, docente e investigadora de la Escuela Universitaria ADEMA considera necesario que los odontólogos y los médicos estomatólogos realicen cursos de capacitación para identificar posibles lesiones de violencia y verse obligados a reportar sospechas a las autoridades y registrar en la historia clínica una información exhaustiva del caso y salvaguardar a la víctima”.