Pero lo que es evidente es que descartamos una cuarta dosis para población general hasta que no haya evidencias científicas. Esta dosis suplementaria ya se pincha en Israel desde principios de enero, pero un estudio recientemente publicado en ese país alertaba de que esta es insuficiente para evitar el contagio de ómicron. La cuarta dosis de la vacuna de la covid-19 es menos efectiva en Omicron, según un estudio israelí. Y es que no hay de momento una propuesta científica y/o política sobre la cuarta dosis. Además, antes de hablar de cuarta dosis, hay que poner encima de la mesa, una vacuna adaptada, que sea eficaz contra varias variantes y que, idealmente, proteja contra la infección. Además, hay que impulsar la vacunación en los países en vía de desarrollo donde la vacunación está aún a niveles muy bajos. Necesitamos primero vacunar en esos países para luego pensar en nuevas dosis en l población española.
Por los que sabemos hasta ahora, según nos han dicho los propios laboratorios farmacéuticos, es que la dosis aumenta los anticuerpos pero no es suficiente para prevenir las infecciones por Ómicron y que los resultados son similares con BioNTech/Pfizer y Moderna. A pesar del aumento de los niveles de anticuerpos, la cuarta vacuna solo ofrece una defensa parcial contra el virus. Así, las vacunas, que eran más eficaces frente a variantes anteriores, ofrecen menos protección frente a Ómicron.
El objetivo prioritario tiene que ser vacunar a la población que no ha recibido ninguna dosis y que está enfermando gravemente y a las que les falta la tercera dosis sin haber pasado la enfermedad después de haberse puesto la segunda dosis. Junto a ello, es necesario contar con nuevos diseños de vacuna, en vez de administrar una segunda dosis de recuerdo con el mismo tipo de suero que se ha empleado en las anteriores vacunaciones. Ya hay laboratorios farmacéuticos que están trabajando en vacunas que se dirijan a otras partes del virus o que incluyan la suma de variantes que ha habido hasta el momento. Las vacunas que se están empleando en estos momentos van dirigidas a la estructura original de Wuhan, orientadas a las células T y a la protección frente a la enfermedad, pero no para la infección ni para las nuevas variantes. En la generación de inmunidad tenemos la parte humoral y las células T. Los anticuerpos nos protegen frente a infecciones, pero en el caso de Ómicron no han funcionado porque se ha perdido la capacidad de reconocer la proteína Spike por las múltiples mutaciones de esta variante, por lo que no se ha podido evitar la infección. Sabemos que las células T que se han generado con infecciones previas o con vacunas son capaces de defendernos frente a Ómicron. Además de todo lo dicho, es importante recordar que es demasiado pronto para conocer la eficacia de una cuarta dosis de la vacuna, según el máximo organismo regulador de medicamentos de la UE. Y por último, las personas que son hospitalizadas, las que tienen múltiples comorbilidades, las que son mayores o están inmunodeprimidas, es bueno que puedan tener refuerzos. Más difícil de entender es la historia de más dosis en los jóvenes sanos. Mejores vacunas, más investigación.