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La nómina

Dr. Fco. Javier
Alarcón de
Alcaraz.
Médico-Forense.
Especialista en
Medicina Legal.
@Alarconforense
Llegar tarde a la mujer no es lo mismo que llegar tarde al día de la mujer. En la resaca de su día escribe un hombre rendido a sus encantos, y -como no puede ser de otra forma- a los encantos de la división que ellas mismas escenifican. Si ellas están divididas, a ver por qué no vamos a poder amar también su atomización y esos deseos de igualdad. Igualdad dividida, qué bien suena eso!

La idea que no dejo de transmitir a mis amigos machomanes en nuestras conversaciones conversas, es que en contra de entender ese mensaje del 8M como una hostilidad, no viéndonos representados personalmente ni en la violencia ni en la intimidación ni en la desigualdad cuando nos miramos al espejo, la clave está en okupar de una vez el espacio que dejan. El quit de la cuestión es entender que en ese discurso combativo contra el hombre y contra todos los desvalores que los han venido disfrazando desde el medievo, muchos de ellos deleznables, cabe la necesidad de que el hombre no reaccione, que no combata, que simplemente se deslice hacia el espacio natural que deja la mujer: un lugar inteligente, sensible y solo apto para los que siempre hemos reconocido su grandeza.

Y como el sindicato UGT siempre acierta cuando se equivoca, cuando el sindicalismo rojo dice que “la desigualdad tienen nombre de mujer”, qué menos que ponerle nombre a las que hacen posible ese drama, nominar a las que -gobernándonos- mantienen con su gestión esas tasas de discriminación de la mujer en nuestra comunidad.
Hablar de ser la comunidad con mayor tasa de violencia sobre la mujer, hablar de que vivimos en la región donde más aumenta la tasa de pobreza y exclusión social con la mujer como eje, hablar de las peores cifras de precariedad y de brecha salarial en España, es nominar directamente a las mujeres que gobernando lo representan. Francina, Fina, Cati y Patriciademisnominaciones, entre muchas otras, por poner ejemplos, es citar a las que permiten y precipitan que nuestras mujeres salgan masivamente a reclamar lo que no les damos. La solución al llamado “problema de la mujer” no sólo está en el hombre, y ellas lo saben.
Hablamos de nominar, y la prensa -siempre sabia e interesada- nos cuenta que trabajadores del hospital de Son Espases han recibido por error las nóminas de otros trabajadores. Una vez hecha desde aquí la propuesta de que tu nómina sea siempre la que ves, la que te llega sin importar el nombre; toda vez que plácidamente sentado en tu butacón hospitalario has visto asomarse cifras de ceros y más ceros en tu pecé como si fueran tuyos, dejamos aquí el teléfono de aludidos por su alguien -con un pc de gran memoria- hubiera recibido la nómina del gerente-zar Pomar, por poner un ejemplo. Revisados los servicios de urgencia ante la posibilidad de una crisis hipertensiva soviética, de esas del todo para mí y el nada para ti, no queda claro si daremos con ella. No en balde cualquier guerra como ésta termina echándole la culpa al hacker de turno, al pirata malware que elimina de un plumazo la debida responsabilidad exigible a los responsables.

Si uno de los secretos peor guardado de un vestuario es la nómina de la estrella futbolera, la nómina de nuestro vecino resulta uno de sus mayores recelos, el lugar al que siempre se quiere volver, que ya dice el Budismo que el primer pecado original es la comparación. Te condenan por mirar el historial clínico de un paciente que no es de tu cupo, pero recibes la nómina de Josep Pomar y la cosa no pasa de una cafinitrina sublingual. Qué extraña y qué desigual es la guerra.

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