El Ibsalut invertirá este año 18.121.037 € en un plan de choque para hacer frente a las listas de espera en atención hospitalaria, con la intención de reducir drásticamente las demoras para una intervención quirúrgica, una consulta con un médico especialista o una prueba diagnóstica, tras los retrasos generados a raíz de que se paralizara la actividad hospitalaria programada a causa del COVID-19.
El plan contempla incrementar la actividad tanto de las intervenciones quirúrgicas, como de consultas externas y de pruebas diagnósticas en jornadas extraordinarias, en horario de tarde, para reducir los tiempos de espera hasta los datos previos a la pandemia. En marzo de 2020 los hospitales del Ibsalut crearon un circuido doble —respiratorio y no respiratorio— para aislar a los pacientes con sintomatología de COVID-19 y evitar así contagios.
Durante los picos de las seis olas pandémicas se reestructuraron las áreas hospitalarias para reservar camas para los pacientes con COVID-19 tanto en la UCI como en las plantas hospitalarias y, por lo tanto, se limitó la actividad quirúrgica a las intervenciones urgentes y oncológicas. Esto lo ha detallado el director general del Ibsalut, Juli Fuster, acompañado del subdirector de Atención Hospitalaria, Francesc Albertí.
Juli Fuster ha recordado que durante los dos años de pandemia los centros sanitarios no han podido llevar a cabo la actividad al 100 %, ya fuera porque las olas de COVID-19 obligaban a mantener zonas aisladas, o porque los circuidos dobles establecidos lentificaban la atención. Con el objetivo de volver a los datos de las listas de espera del mes de enero de 2020, el Ibsalut implementará un nuevo plan de actividad extraordinaria en horario de tarde.
Así, se destinarán 18.121.037 € a practicar un total de 367.100 actos médicos, ya sean intervenciones quirúrgicas, consultas con especialista o pruebas diagnósticas. En total, se prevé hacer 9.202 intervenciones quirúrgicas, 155.859 consultas externas y 202.039 pruebas diagnósticas. De esta manera se recupera el modelo de las llamadas «peonadas» u horas extras, herramienta habitual en los servicios de salud para descongestionar las listas.
El Ibsalut trabaja desde el final de la sexta ola para disminuir las listas de espera, que antes de la pandemia generada por el SARS-CoV-2 se encontraban en una situación muy ventajosa. En octubre de 2018 se había podido recuperar el Decreto de garantía de demora, por el que se establecen los plazos máximos (60 días en el caso de las consultas externas y pruebas diagnósticas y 180 días en el caso de las intervenciones quirúrgicas).
Si al paciente le daban cita para más de dos meses en visitas y pruebas diagnósticas o tres meses para el quirófano, todo usuario de la sanidad pública de las Islas Baleares tenía derecho a recibir la asistencia retrasada en un hospital privado o asociado, o a esperar lo que se había señalado para acudir al público, naturalmente, sin costes para el paciente.
Así, con la entrada en vigor de este decreto se crea un sistema que garantiza que, en caso de incumplirse los plazos, el Ibsalut tiene que ofrecer a los pacientes una alternativa en centros propios, centros vinculados a la red pública y en centros concertados para que puedan recibir la asistencia sanitaria indicada. Este decreto quedó suspendido debido a la pandemia, ya que fue imposible llevar a cabo con medios propios o concertados la actividad.
En enero de 2020 había 12.056 pacientes en lista de espera quirúrgica (de los cuales 641 esperaban más de 180 días) y la demora media para una intervención era de 76,6 días. Hoy hay 15.185 pacientes en lista de espera quirúrgica (de los cuales 3.549 esperan más de 180 días) y la demora media para una intervención es de 131 días.
En el caso de las consultas externas la pandemia también ha incrementado notablemente las listas de espera. Así, al mes enero de 2020 había 41.352 personas en lista de espera (6.813 esperaban más de 60 días) y la demora media era de 39 días. Actualmente, hay 59.905 pacientes en lista de espera de consultas externas (de los cuales 19.352 esperan más de 60 días) y la demora media para una consulta es de 56 días.