La atención integral que ofrece la Asociación Española Contra el Cáncer en Balears ha sumado durante 2021 un total de 1.024 personas beneficiarias: 749 pacientes oncológicos (73%) y 275 familiares (27%).
Los servicios que ofrece la entidad cuentan con la financiación de la Conselleria de Afers Socials i Esports a través del dinero recaudado mediante la casilla solidaria del IRPF Social.
Un caso paradigmático es el de Ana Sagrera, quien, a sus 50 años de edad, se halla actualmente en proceso de recuperación de un cáncer de mama, después del tratamiento que empezó justo ahora hace un año.
A partir de marzo de 2021 y hasta el pasado noviembre Ana se sometió a sesiones de quimioterapia, el proceso de reconstrucción del pecho y radioterapia.
Según cuenta, “cuando te confirman que se trata de un tumor triple negativo, muy agresivo, diferente a otros tipos de cáncer de mama, tienes un trauma, te hundes”. Ana relata que el cáncer “se asocia inevitablemente a la muerte. De hecho, me quedé viuda a los 33 años, por un linfoma no Hodgkin, cuando mi hijo tenía un año”.
Efectos de los tratamientos
El tratamiento agresivo de quimioterapia ha causado a esta mujer residente en Palma otras consecuencias dolorosas, como la neuropatia periférica, que es el conjunto de síntomas causados por daño en los nervios y ganglios nerviosos que forman el sistema periférico nervioso, fuera del cerebro y la médula espinal.
“Todo te afecta, sobre todo la parte física, pero también tienes que descargar emocionalmente. Necesitas apoyo profesional. Afecta a tu estructura familiar. Me consideraba una persona fuerte, que podía con todo, aventurera, autosuficiente, y de golpe te das cuenta que necesitas apoyo y tienes que aprender a pedir ayuda. Cuando tienes un diagnóstico así tienes también una disociación, estás como ida”, señala Ana Sagrera, quien admite que se sentía “reticente a acudir a la asociación, porque tenía como miedo de estar más en contacto con la enfermedad, con enfermos, que fuera un lugar oscuro; me daba miedo ver la boca al lobo”.
Entre los múltiples servicios de la atención integral que ofrece la asociación en Baleares, la atención psicológica es uno de los pilares. Su responsable, José Manuel Jiménez, indica que el proceso de la persona con cáncer y también de su entorno es “largo y tedioso, a veces circular, a veces sin posibilidad de control o con posibilidad de control, o incluso, cuando se controla la enfermedad, hay que fijarse en todos los comportamientos que requiere que lleve a cabo la persona para ajustarse a un entorno en el que había interrumpido su vida”.
“En algunos casos el paciente no se podrá curar, pero al menos habrá conseguido un alivio y un acompañamiento”, explica la trabajadora social de la entidad, Yanina Paglioni.
Acompañamiento
En el centro de la atención que ofrece la asociación está el apoyo a la persona enferma. “A veces se piensa que el acompañamiento sólo tiene que ser físico y tiene que ver con una llamada, una información sobre la baja laboral, de su condición de autónomo, de los recursos en su barrio, de su comunidad, de su centre sanitario… El acompañamiento también tiene que ver con detectar alguna otra necesidad, por ejemplo, la posibilidad de destinar voluntarios para que el paciente pueda pasear y estar acompañado”, detalla Paglioni.
Para Ana Sagrera, “es fantástico poder contar con apoyo profesional para descargar emocionalmente y que te orienten sobre cómo recuperarte y continuar adelante en este proceso, en esta enfermedad”.
La Asociación Española Contra el Cáncer en Baleares cuenta actualmente con 744 personas voluntarias, entre las que se han sumado 117 nuevas incorporaciones durante 2021.