El Ibsalut, siguiendo la última actualización de la Estrategia y Control frente al COVID-19, después de la fase aguda de la pandemia, dejará de realizar cribados sistemáticos con pruebas diagnósticas de infección activa a todas los pacientes que requieran ingreso en un centro hospitalario de la red pública.
A partir de ahora, se realizarán pruebas de detección en las situaciones específicas que se considere necesario para proteger a los pacientes vulnerables, dependiendo del riesgo epidemiológico o clínico del paciente, según han informado fuentes del Ibsalut en un comunicado de prensa.
Hasta el momento, se realizaba una prueba diagnóstica de infección activa (PDIA) a todos los pacientes antes de un ingreso o a quienes se iba a realizar una intervención de cirugía mayor ambulatoria. Siguiendo, de manera progresiva, con la adaptación a la nueva Estrategia, esta situación se verá modificada.
Primeramente, se valorará la situación clínica (si presentan síntomas o signos sospechosos de COVID-19), así como epidemiológica (si han tenido contactos con casos positivos en los últimos 7 días y/o procedencia de una residencia o institución), de todos aquellos ciudadanos que requieran un ingreso hospitalario.
En caso de no presentar sospecha, se realizará PDIA antes de un ingreso hospitalario en un centro de media y larga estancia, para detectar precozmente la infección y tomar las medidas de protección en el uso compartido de habitaciones o espacios de pacientes vulnerables.
Antes del ingreso en un hospital de agudos, apacientes con datos de sospecha de COVID en el cribado clínico epidemiológico. También, a quienes sean pacientes inmunodeprimidos y con otras condiciones de riesgo alto para detectar lo antes posible la infección y tomar las medidas de tratamiento.
Bajo criterio de los profesionales sanitarios del centro, si se prevé, por ejemplo, el ingreso en una habitación donde se encuentra un enfermo con inmunosupresión o con alta comorbilidad no vacunado. También se realizará prueba antes de una intervención de cirugía mayor, para proteger al paciente.
Esta medida prequirúrgica se tomará en los casos de pacientes sometidos a procedimientos electivos demorables no urgentes, dependiendo de la gravedad de la intervención y del estado físico, siguiendo unos criterios establecidos.
La modificación del protocolo ha sido elaborada por la Oficina de Calidad del Ibsalut y revisada por la Dirección de Asistencia Sanitaria de la misma institución y cuenta con el consenso de todas las gerencias hospitalarias del sistema público de salud de las Islas Baleares.
Así, una persona con PDIA positiva con una fractura ósea puede ingresar en la unidad de traumatología y una mujer a punto de dar a luz puede ingresar en la unidad de ginecología/obstetricia. Todo ello garantiza la mejor atención a la situación que les lleva al ingreso.
En ningún caso alguien a quién le hayan realizado una PDIA y sea positiva, ingresado en cualquier área, compartirá habitación con un paciente no infectado. Estos pacientes tienen que permanecer aislados hasta obtener una prueba negativa o una PCR de baja carga viral.
Asimismo, los profesionales que atienden a los pacientes positivos lo hacen cumpliendo siempre, de forma muy estricta, todas las medidas de seguridad, para evitar así la propagación de la enfermedad a otros pacientes, familiares o profesionales del centro.
