Delegados de SATSE hablando en un pasillo de un centro sanitario. Imagen de la web de SATSE.
El sindicato de enfermería SATSE ha rechazado, a través de una nota de prensa, el convenio colectivo de la sanidad privada alcanzado por la patronal Unión Balear de Entidades Sanitarias (UBES) y los sindicatos, mayoritarios en este sector en Baleares, UGT y CCOO. El preacuerdo se suscribió el 25 de agosto y el 1 de septiembre se procedió a la firma. El convenio es por los años 2022 y 2023.
El Sindicato de Enfermería SATSE rechazó frontalmente dicho preacuerdo. A partir de ese momento, y a pesar de ostentar una representatividad del 15% en el sector, y ser por tanto miembro de la comisión negociadora, el sindicato no ha sido convocado por la patronal a las reuniones posteriores de la comisión, aseguran los representantes del sindicato.
Estos representantes consideran que el SATSE ha sido apartado de la negociación y las modificaciones del resto del articulado del convenio, es decir, prácticamente su totalidad. Por lo anterior, SATSE acusa a la patronal de la sanidad privada de vulnerar derechos fundamentales como la libertad sindical, y anuncia que interpondrá una demanda para reclamar la nulidad del proceso de negociación.
SATSE asegura que no ha sido firmante del texto del convenio colectivo, por los siguientes motivos: El 0% de subida en 2021, el 4,75% de 2022 y el 3,25% de 2023 teniendo en cuenta que las previsiones para los próximos meses y el año que viene del IPC, la pérdida de poder adquisitivo en 3 años difícilmente será inferior al 12-15% para los trabajadores de este sector.
Desde SATSE se asegura que «realmente no ha existido ninguna negociación sobre el convenio colectivo, ni contiene ninguna mejora ni evolución desde el convenio anterior. Tres años completos sin ninguna mejora en permisos, jornada, movilidad, ni en ninguna de nuestras condiciones laborales».
Dicen también que «la patronal se ha negado a consolidar como salario ninguna cantidad de las mejoras voluntarias que están ‘maquillando’ el sueldo de las enfermeras/os, y mantienen en convenio un sueldo absolutamente indigno a pesar de ser incapaces de cubrir las necesidades de plantilla que tienen».
«De esa manera -añaden- se reservan la posibilidad de quitar y poner mejoras de sueldo a su criterio, en función de la demanda de enfermeras, mientras siguen sobrecargando de trabajo a los profesionales y poniendo en riesgo la seguridad del paciente, con bajas coberturas y ratios pésimas.»
«Las enfermeras siguen realizando una jornada anual de unas 100 horas superior al resto de colectivos, debido a la necesidad de entrar antes y salir después de la hora de inicio/final del turno para transmitir la información clínica de los pacientes, lo que conocemos coloquialmente como solape de jornada», enfatizan desde SATSE.
Consideran inasumible la «negativa de la patronal y los sindicatos firmantes a dialogar sobre el resto de reivindicaciones de SATSE, como la regulación de un sistema de carrera profesional, limitación de las ratios enfermera/paciente según servicios, y mejoras en los permisos para formación continuada y conciliación de la vida familiar y laboral».
Rechazan «total y absolutamente la concesión de una dispensa sindical (150 h/mes) a UGT y CCOO, a cambio de firmar un acuerdo que consideramos paupérrimo para los trabajadores, y extraordinario para una patronal que está registrando unos beneficios descomunales durante los últimos años, incluida la pandemia».
Y ello, enfatizan «a costa de los riesgos para la salud sufridos por los trabajadores/as que son bien conocidos, y las sobrecargas de trabajo a los mismos», por todo lo cual «calificamos el convenio colectivo como desastroso para los intereses de enfermeros/as, fisioterapeutas y resto de trabajadores».
SATSE ha remitido una carta a todos sus afiliados en la sanidad privada, informándoles que «va a ejercer medidas de presión, a denunciar en los medios las situaciones que se están viviendo, y en el juzgado aquellas que puedan resultar ilegales, incluido el fomento del intrusismo, a fin de que la enfermería salga de la invisibilidad y el absoluto menosprecio al que se la somete en la sanidad privada».