La responsable de la Coordinación Autonómica para la Prevención del Suicidio, Nicole Haber.
La Coordinación Autonómica para la Prevención del Suicidio ha reforzado la red de prevención del suicidio con tres psicólogos y un psiquiatra. Estos profesionales se suman a los 8 que ya estaban contratados a tiempo completo y a los 17 a tiempo parcial. Está previsto que antes de finalizar el año se incorporen 4 enfermeras de salud mental.
La responsable de la Coordinación Autonómica para la Prevención del Suicidio, Nicole Haber, resalta la importancia de contar con profesionales especializados que puedan dar respuesta a las personas afectadas y a sus familiares de forma rápida e intensiva. No obstante, subraya que es una pieza más de todo el entramado necesario para reducir esta triste realidad.
La red de prevención tiene que ir más allá del sistema sanitario, según Haber, que asegura que el suicidio es un problema complejo y por lo tanto la solución tiene que ser compleja. «Son necesarias acciones desde todos los niveles de prevención: prevención universal, selectiva, indicada y postvención (atención a quienes han perdido un ser querido por suicidio)».
Y todo ello «con la coordinación de todos los ámbitos, desde la comunidad, el entorno y el individuo, pasando por todos los sistemas de atención: salud, educación, servicios sociales, emergencias y con la implicación desde las instituciones, pasando por las entidades y asociaciones, hasta el ciudadano de a pie. Es un problema de todos y todos podemos contribuir en la prevención».
En la última encuesta del año 2020 del Instituto Nacional de Estadística (INE), Balears registró 87 casos de suicidio, un 10 % menos en número de defunciones por suicidio respecto al año 2019. Se estima que por cada suicidio quedan afectados de por vida entre 6 y 10 individuos del entorno de la víctima, que sufren un grave proceso de duelo. Por ello, se considera un problema grave de salud pública.