Uno de los vídeos grabados por los pacientes.
El personal sanitario del servicio de Urgencias del Hospital de la Ribera ha vuelvo a verse obligado a instalar camas en los pasillos por la saturación de pacientes, generada por la ralentización en las plantas de hospitalización para asumirlos.
Se trata de una situación que han vuelto a denunciar las enfermeras y el resto de personal sanitario con una concentración hoy lunes 14 de noviembre ante las puertas de Urgencias del hospital de Alzira. Desde el Colegio de Enfermería de Valencia (COENV) se vuelve a denunciar el colapso reiterado de este servicio de Urgencias.
Los trabajadores se han manifestado hoy ante el hospital.
Los vídeos grabados por los pacientes demuestran la caótica situación. El COENV solicita a la Conselleria de Sanitat un plan de choque que contemple una mejora de condiciones de trabajadores y a ampliar espacio y medios para ofrecer la atención necesaria a la ciudadanía y evitar situaciones de saturación como ésta.
Se trata de un problema que afecta especialmente a los pacientes, usuarios del hospital y a sus familiares, pero también a los profesionales de este servicio que se ven desbordados e impotentes para ofrecer los cuidados y atenciones que requiere la población adscrita.
Los trabajadores del servicio de Urgencias del Hospital de La Ribera han vuelvo a leer un comunicado en el que aclaran que su denuncia pública “sólo persigue el bienestar de nuestros pacientes y, por ello, hacemos un llamamiento a la población, para que sea consciente que esta situación no es culpa nuestra». Y añaden:
«Nosotros como personal sanitario la sufrimos de igual manera que vosotros, (pacientes y familiares)”, añaden, y continúan: “A pesar del aumento de la plantilla tras la reversión, la gestión de los ingresos y las condiciones laborales, lamentablemente han empeorado» en una «situación que no es ni mucho menos puntual».
Esta situación «provoca una saturación que obliga compartir espacio entre los pacientes críticos y los pacientes ingresados, sin ningún tipo de intimidad”, según los trabajadores, quienes exponen que cuando el espacio es insuficiente para acomodar a todos los ingresos “nos obligan a habilitar un pasillo interno».
Esta acción «nos parece indigna para el paciente y los trabajadores que estamos a su cargo”. Ante el constante colapso, “el personal de admisión tiene que resolver las constantes dudas de los familiares de los pacientes ingresados, dudas y desesperación que no ocurriría si el paciente estuviera en la planta acompañado».
Además, señalan, «llevamos mucho tiempo insistiendo que el espacio y el personal es escaso para garantizar una asistencia de calidad y digna. Hemos llegado al límite de nuestra capacidad, estamos cansados física y psicológicamente”, insisten las mismas fuentes.