Los primeros datos de la 20ª edición de El Gripómetro, estudio anual de Sanofi para medir la cuota de vacunación antigripal en España, ya están disponibles y muestran un buen pronóstico para cumplir el objetivo de vacunación del 75% propuesto por el Ministerio de Sanidad en mayores de 65 años.
El ritmo de vacunación, en comparación con la temporada 2021 en este mismo periodo, es un 3,7% superior, ya que cerca del 63,5% de los mayores de 65 años ya se han vacunado frente a la gripe. Este grupo de población, considerado de riesgo tanto para la gripe como para la COVID-19, ha sido el primero en vacunarse.
Este colectivo está ya está protegido de las graves consecuencias que este virus puede comportar en esta franja de edad. Con un gran número de citas programadas para esta temporada de 2022-2023, se espera que la cobertura de vacunación en personas mayores aumente a buen ritmo.
De acuerdo con los resultados obtenidos en El Gripómetro, además de la buena cobertura alcanzada en las personas más mayores, destaca el compromiso con la vacunación de los profesionales sanitarios. Los primeros datos disponibles perfilan una tasa final de vacunación alta, similar al 70% de cobertura del año anterior.
Por el momento, se confirma una buena gestión de la campaña de vacunación en este grupo, ya que mientras que en diciembre de 2021 la cobertura en profesionales sanitarios se situaba en un 44,8%, en 2022 ya se ha alcanzado el 58,8% a nivel nacional.
Después de la crisis sanitaria ocasionada por el Covid-19, la decisión de vacunarse frente a la gripe entre profesionales sanitarios se mantiene alta, y está respaldada principalmente por la motivación de protegerse a sí mismos, a sus familiares y a su entorno.
En este sentido, El Gripómetro desvela que la percepción de la gravedad de la gripe se mantiene alta respecto a las temporadas prepandemia, y se aprecia que los sanitarios recomiendan la vacunación de forma activa en sus pacientes. Están especialmente concienciados en proteger a mayores de 65 años y mujeres embarazas.
También, los niños menores de cinco años (a través de sus familias) y enfermos crónicos, sobre todo con patologías pulmonares, cardíacas y diabetes. Destaca el esfuerzo por promover la coadministración de la vacuna de la gripe y la dosis de refuerzo del COVID-19.
Más del 40% de los sanitarios reconoce que están recomendando la coadministración con mayor intensidad que en la campaña pasada frente al escaso 2% que dice que lo está haciendo con menor intensidad. Entre los médicos, aquellos que manifiestan una mayor implicación con la coadministración se eleva hasta el 60%.
Entre las enfermeras se reduce hasta el 20%. Tras dos temporadas atípicas de gripe marcadas por un cambio de patrón en el comportamiento del virus, esta temporada llega antes de lo habitual y, en la semana 48/2022 (7 de diciembre), la tasa de gripe en Atención Primaria se sitúa en 161,4 casos por 100.000 habitantes.ç
El origen se encuentra en unas temporadas anteriores marcadas por una circulación de virus respiratorios muy reducida por las medidas frente al COVID-19, que ha provocado una pérdida de inmunidad colectiva. El COVID-19 puede presentarse simultáneamente con otras infecciones como la gripe.
Su efecto sinérgico puede inhibir significativamente el sistema inmunitario y comportar graves consecuencias especialmente en personas de edad avanzada y grupos de riesgo. Las comorbilidades como la obesidad, la hipertensión y la diabetes están asociadas a un riesgo de gravedad mucho mayor.
Una investigación publicada en la revista The Lancet revela que la coinfección de gripe y COVID-19 aumenta significativamente las posibilidades de recibir ventilación mecánica invasiva en comparación con la monoinfección por SARS-CoV-2, y se asocia a un mayor riesgo de muerte.
En el periodo actual ambos virus mantienen un nivel de gravedad similar. En la semana 48 la tasa de hospitalización por gripe en hospitales era de 2,5 casos por 100.00 habitantes, mientras que la tasa de hospitalización por COVID-19 se situaba en 2,2 casos por 100.000 habitantes1.
Los datos apuntan a que la ausencia de transmisión comunitaria en los últimos inviernos podría desencadenar en más casos y aumentar el riesgo de coinfección. Todo ello, con importantes consecuencias para el sistema sanitario en fechas de festivos y fechas señaladas.
La gripe es un virus que puede afectar significativamente a casi todos los órganos y sistemas del cuerpo. Se conoce como una enfermedad respiratoria aguda, cuyos síntomas pueden causar complicaciones graves como la neumonía, pero representa mucho más.
La población mayor es especialmente vulnerable frente a la gripe ya que en ellos produce un aumento de la hospitalización, una disminución de la autonomía y un aumento de la mortalidad. En este grupo de edad, sufrir un ataque cardíaco se vuelve diez veces más probable y el riesgo de ictus se multiplica por diez.
Varias investigaciones recientes confirman el efecto de la vacuna antigripal en la reducción del riesgo de padecer un evento cardiovascular. En un estudio publicado en Neurology por científicos españoles se observa una reducción del 12% en el riesgo de sufrir ictus de tipo isquémico durante todo un año para los vacunados.
En esta línea, un estudio multidisciplinar publicado en el Journal of the American Heart Association (JAHA, por sus siglas en inglés) por el mismo equipo español de investigadores asocia la vacuna de la gripe con una reducción del riesgo de infarto de miocardio para las personas mayores de 60 años6.
La OMS recomienda anualmente las 4 cepas a incluir en las vacunas para la siguiente temporada de gripe, siendo la tetravalente la que ofrece el máximo espectro de protección al incluir todas las cepas, lo que representa un nivel de protección óptimo7.
Dentro de las vacunas de tetravalentes inactivadas, de cuatro cepas, se distinguen las de dosis estándar (con y sin adyuvante) y las de alta carga, estas últimas tienen cuatro veces más cantidad de hemaglutinina, la proteína más abundante en la superficie del virus de la gripe.
Contra esta proteína se producen los antígenos neutralizantes una vez iniciada la infección. Estas últimas están indicadas para personas mayores de 60 años, uno de los colectivos más expuestos a las complicaciones derivadas de la gripe estacional, debido al fenómeno de inmunosenescencia asociado a la edad.
Las vacunas de alta carga han demostrado una prevención de casos un 24% superior que las vacunas de dosis estándar en adultos mayores. Además, estas vacunas también confieren protección demostrada más allá de la gripe, con una reducción del 27% de las hospitalizaciones causadas por neumonía.
Según el Consejo Europeo, la vacunación representa una de las herramientas de salud pública más efectivas y, de hecho, coste-efectivas. Además, esta institución alienta a los países de la UE a que ofrezcan una vacunación apropiada a los grupos de población considerados de “riesgo” en términos de enfermedades específicas.
Con el objetivo de concienciar tanto a los grupos de población recomendados (mayores de 65 años, embarazadas y enfermos crónicos) como a los profesionales sanitarios (considerados también un grupo de riesgo) de la necesidad de aumentar las tasas de vacunación, cada año Sanofi pone en marcha El Gripómetro.
Se trata de un estudio demográfico que monitoriza la cobertura de los distintos colectivos y disponer de datos fiables de la evolución de la campaña de vacunación de manera semanal. La iniciativa, que se lanzó por primera vez la temporada 2000-2001 cuenta con el respaldo de expertos y del Grupo Análisis e Investigación (A&I).
En la página web de El Gripómetro9 se pueden encontrar los datos recogidos, además de información sobre la gripe, los distintos grupos de riesgo y las vacunas, coberturas de vacunación temporada 2022-2023. Disponible en: https://www.vacunas.sanofipasteur.es/agenda/vacunacion-gripe/coberturas-vacunacion