Ahora bien, más allá de las lamentaciones, la cuestión ineludible en este contexto es plantearse la siguiente pregunta: ¿cómo se soluciona esta carencia? Y la respuesta parece obvia: haciendo posible que haya un mayor número de profesionales a disposición de la Atención Primaria, de los centros hospitalarios y del resto de equipamientos asistenciales.
Más difícil resulta dilucidar cómo materializar, mediante acciones concretas, este objetivo. Pero, aun así, las respuestas de los expertos y analistas sanitarios a esta pregunta suelen coincidir en bastantes de las fórmulas y alternativas que podrían mostrarse efectivas a la hora de incentivar las opciones de contratación laboral en un sector sumamente complejo y sensible como es el de la salud.
Una de las actuaciones generalmente defendidas desde todos los ámbitos es el incremento de los ‘númerus clausulus’ en las universidades, especialmente en las de Medicina. En Balears, la introducción de los estudios de grado ha cubierto óptimamente las expectativas que se crearon cuando la Facultad de la UIB abrió sus puertas, y ya hay una primera promoción de 60 médicos y médicas con su titulación en la mano. Habrá muchas más promociones en el futuro, desde luego, lo cual reforzará, con mayor carga de profundidad si cabe, las tesis de quienes desde el primer momento defendieron la necesidad de que la universidad pública de las islas contará con su propia Facultad de Medicina.
No obstante, este grado de satisfacción sería incluso mayor si estas promociones pudieran abarcar una cifra superior de estudiantes. En un escenario marcado por la inminente proximidad de las jubilaciones masivas de profesionales, la apuesta por las nuevas generaciones ha de ser todavía más determinante y, si se nos permite la expresión, abundante.
La formación es, de hecho, la piedra angular de cualquier sanidad que priorice su sostenibilidad de cara al futuro desde la óptica de la calidad asistencial. En este sentido, cabe elogiar como se merece la labor que la Conselleria de Salut i Consum está realizando en esta materia. Sin ir más lejos, Balears ofrecerá este año un total de 248 plazas de Formación Sanitaria Especializada, 15 más que en 2022, como prueba del indiscutible compromiso del Govern por promover el aprendizaje de nuevos profesionales para proporcionar una respuesta efectiva a las necesidades de la población. El incremento de las unidades docentes, de las que actualmente hay 12, y de las plazas en formación se engloban dentro de la estrategia de Salut de garantizar una dotación suficiente de personal sanitario. De hecho, desde 2015, prácticamente se han duplicado las plazas de formación, que han pasado de 131 a las 248 que hemos comentado anteriormente.
También se ha trabajado para disponer de los tutores que se precisaban para que esta labor pudiera llevarse a cabo con una absolutamente suficiencia de medios, tanto humanos como técnicos. En estos momentos hay alrededor de 250 enseñantes que brindan formación a más de 700 residentes.
Son cifras, sin duda, importantes que también tienen su plasmación en el caso de la actividad de enfermería, cuyas plazas han sido ampliadas en otras 35 hasta llegar a las 200 por cada curso. Este es también el fruto del trabajo coordinado entre el Ministerio de Sanidad y el Govern autonómico, que se repite también en otras comunidades, para ir de la mano, de forma coordinada y conjunta, con vistas a favorecer la formación, y, en definitiva, la futura incorporación de más profesionales al sistema de salud.