La Conselleria de Salud y Consumo y la Federación Empresarial de Restauración de las Illes Balears (FERIB) de la CAEB, adherida a la CAEB, han puesto en marcha el programa QxQ de inocuidad alimentaria en virtud del cual las empresas interesadas podrán registrarse en una plataforma digital que les permitirá consultar toda la normativa requerida para desarrollar su actividad, comprobar si la cumplen, y enviar sus datos a la Agencia de Salud Pública, que independientemente del programa, mantendrá sus inspecciones habituales.
La consellera Patricia Gómez y la presidenta de la patronal CAEB, Carmen Planas, han presentado el acuerdo de colaboración. La consellera ha destacado que QxQ es una plataforma de información y autoevaluación que reportará beneficios tanto a los actores económicos como a la Administración y a los clientes de la restauración. En la presentación también han participado el presidente de la FERIB, Alfonso Robledo.
Antoni Colom, técnico de Seguridad Alimentaria responsable del proyecto. QxQ es una herramienta de transformación e innovación que ayuda a comprender las obligaciones que tienen los operadores económicos con respecto a la producción segura de alimentos y a convertir la situación higiénica y sanitaria de los establecimientos en un factor relevante en la estrategia competitiva y de consumo informado.
Gómez ha añadido que, potencialmente, podrían beneficiarse los más de 14.000 establecimientos de restauración colectiva y hasta 18.000 minoristas de Balears. La consellera ha felicitado al Servicio de Seguridad Alimentaria por haber promovido este programa, cuyo origen se halla en la convocatoria del Instituto de Investigación Sanitaria Illes Balears (IdISBa) Innovatio 2017, y ha agradecido la colaboración de la patronal.
Tanto la presidenta de CAEB como el presidente de FERIB han expresado su satisfacción por los beneficios que reportará el proyecto. El objetivo es promover la corresponsabilidad de las partes implicadas al garantizar la inocuidad alimentaria. La aplicación de los conocimientos prácticos, científicos y técnicos en la elaboración y el servicio de comidas y de la normativa de aplicación, no siempre es fácil en un sector de alta temporalidad.
Por ello se ha especificado que es necesario desarrollar estrategias para armonizar la interpretación de la normativa mediante herramientas de autoevaluación que ayuden a superar hábitos de mala praxis, y demostrar la diligencia debida con la salud pública. Las empresas adheridas podrán acceder de forma sencilla a la plataforma para realizar un autocontrol digital de los requisitos higiénicos y sanitarios que se le exigen.
El usuario podrá ver la normativa que existe detrás de cada requisito y la plataforma le explicará porqué y cómo cumplir con la normativa de aplicación. Los técnicos validadores que proporcionará la FERIB monitorizarán y darán conformidad a estas autoevaluaciones y medidas de subsanación adoptadas, que estarán relacionadas con infraestructuras y maquinaria y procesos y registros que demuestren la inocuidad alimentaria.
Una vez cumplimentados los cuestionarios, unos algoritmos adaptados a cada tipo de empresa —dado que hay de muy variadas— darán una puntuación desde el punto de vista estrictamente de seguridad alimentaria. El objetivo es llegar al score on the door, es decir, a la calificación en la puerta del establecimiento. Los inspectores de Salud en sus inspecciones podrán contrastar esta declaración con la situación real.
Los beneficios del proyecto son triples. Facilitará el autocontrol digital del estado higiénico y sanitario de las empresas, quienes, a su vez, pueden beneficiarse de la ventaja competitiva que supone tener una buena puntuación en la puerta del local y dentro de la plataforma. Beneficiará también a los clientes, que podrán elegir el local en función de la nota y, además, podrán opinar sobre los locales.
Finalmente, digitalizar el proceso también favorecerá el seguimiento por parte de los servicios de inspección y mejorará la eficiencia y la asignación de los recursos al control oficial de los establecimientos que no demuestren la diligencia debida a través de los autocontroles. Esta herramienta de colaboración entre el sector público y privado forma parte de una estrategia win-win, en la que todo el mundo gana y permite un cambio de orientación para mejorar la capacidad competitiva de los establecimientos.