Juaneda Hospitales ha puesto en marcha la primera Consulta del Viajero, que atiende en el Hospital Juaneda Miramar la Dra. Eliana Cortés, médica especialista en Medicina Interna, y que tiene por objetivo facilitar toda la información sanitaria, vacunas y medidas profilácticas a quienes vayan a viajar a zonas con algún riesgo para la salud.
«Para muchos viajes se requieren unas vacunas preventivas —explica la Dra. Cortés— que desde el servicio público de salud solo podrían administrarse o en los centros de vacunación internacional o en centros especializados de vacunas para el viajero. Además, no se trata solo de poner unas vacunas: en todos los casos hay que evaluar riesgos.»
Los consejos y prevenciones que debe tener en cuenta cada viajero «dependen de su estado de salud, de sus comorbilidades, de a dónde viaja, del tipo viaje (mochilero o de lujo) y en función de todo eso requerirá unas prevenciones u otras», añade la internista, y destaca que «es muy importante individualizar lo que el paciente necesita para su viaje».
Las zonas con más prevenciones de salud son «todas las áreas del trópico, por ejemplo, la India, los países del sudeste asiático como Tailandia, Laos, Camboya, Vietnam, toda el África subsahariana, como sería el caso de mucha gente que va a hacer safaris a Kenia, Tanzania, Namibia… y Latinoamérica, desde el sur de México hasta el norte de Argentina».
También hay que tener especial prevención cuando se viaja «a lugares del mundo en con-textos específicos, como catástrofes naturales o guerras, donde se pueden dar brotes de infecciones antes no detectadas, o epidemias muy focalizadas, como el cólera». De entre las infecciones que el viajero deberá prevenir se encuentran la malaria, fiebre tifoidea, hepatitis B, hepatitis A, meningitis meningocócica, tétanos, rabia, y fiebre amarilla.
Destaca la malaria por su potencial de mortalidad. «Se están investigando vacunas, la única que existe es solo apta para niños en regiones del alta transmisión, esperemos que en poco tiempo tengamos una para adultos viajeros», explica la Dra. Cortés y advierte que «aunque no es frecuente, hay riesgo de muerte del paciente si no se trata a tiempo».
Por ello, cuando se viaja a zonas donde hay malaria «se requerirá una evaluación del ries-go de cada paciente y una profilaxis con medicación para los que viajan a las zonas geo-gráficas con más incidencia». La malaria puede ser grave, especialmente si es por el Plasmodium falciparum, un microorganismo parásito, transmitido por los mosquitos Anopheles.
La profilaxis consiste en estos casos en una medicación que debe tomar el viajero unos días antes del viaje a las zonas de riesgo y unos días después del regreso, en función de la pauta que se adaptará a cada persona tras conocerse su historial clínico. Además, se aconseja el uso de unos repelentes y el uso de redes mosquiteras.
Quienes deben tener más cuidado a la hora de viajar a zonas de riesgo de enfermedades tropicales son pacientes con enfermedades crónicas, inmunodeprimidos, embarazadas, niños, y naturalmente, los de 65 y más años. Todos estos pacientes recibirán indicaciones específicas cuando acudan a la Consulta del Viajero de Juaneda Hospitales.
A toda persona que acuda a la Consulta del Viajero, la Dra. Cortés le realizará una historia clínica para conocer posibles comorbilidades y fragilidades que pudieran aumentar el riesgo de complicación en caso de verse afectado por la malaria o por otra enfermedad, aunque el propio usuario no manifieste conocer, en principio, que presenta factores de riesgo.
«Hay que ver —explica la Dra. Cortes— el historial de vacunas de cada viajero, las serolo-gías, tal vez actualizar el calendario vacunal de acuerdo a su edad y comprobar que está inmunizado contra infecciones de las que debe cuidarse, no solo si se va de viaje, sino en su entorno habitual y que es probable que el paciente no sepa que está desactualizado. Podría ser el caso, de las vacuna contra el neumococo, tétanos-difteria y gripe».
Entre las enfermedades prevenibles, después de la malaria, hay que prestar también atención a la diarrea del viajero (ocasionada por diferentes bacterias o parásitos), así como a otras patologías, como son la fiebre tifoidea, hepatitis A y E, las que se denominan «enfermedades transmitidas por agua y alimentos».
«Existen varios perfiles de viajeros», destaca la internista: «Los de alto riesgo como cooperantes, misioneros, turistas de aventura en entorno rural salvaje y turistas cazado-res, que requerirán vacunaciones específicas». Por otro lado están «los viajeros de más bajo riesgo como los de negocios o los que van a buenos hoteles con poco contacto con la zona».
«La meningitis meningocócica es otra enfermedad prevenible —explica la Dra. Cortés— por lo que puede ser aconsejable para ciertos viajeros pautar la vacunación, y para los que pretendan viajar a Arabia Saudí en época de peregrinación a la Meca, ha de ser obligatoria». Para la fiebre amarilla, no es posible ofrecer una vacunación desde un centro privado.
La vacuna de la fiebre amarilla es la única regulada bajo el reglamento sanitario internacional y por tanto solo se tiene acceso a través de los centros de vacunación internacional del ministerio de sanidad. Algunos países pueden solicitar la vacunación obligatoria para su entrada. Estos requisitos pueden cambiar en cualquier momento.
«Es importante que los viajeros se cercioren de su necesidad consultando al consulado o embajada pertinente o consultando los datos actualizados en el sitio web de la OMS sobre viajes internacionales y salud», añade la Dra. Eliana Cortés, especialista en Medicina Interna y responsable de la nueva Consulta del Viajero de Juaneda Hospitales.
Es recomendable que la cita para esta consulta se realice de uno a dos meses antes del viaje. Las vacunas no tienen un efecto inmediato, tardan aproximadamente dos semanas en el inicio de la protección, desde la primera dosis y en algunos casos requiere pautas de 2 a 3 dosis. En cualquier caso «la Consulta del Viajero no es solo para las vacunas»:
Este nuevo servicio «es también una consulta de asesoramiento, donde daremos consejos y recomendaciones sobre aspectos como el manejo de alimentos y agua para evitar infecciones transmitidas por ésta vía. También, para el manejo de una diarrea del viajero, ayudar a preparar el botiquín de viaje (con las recetas de medicamentos que se requieran), precauciones para evitar problemas con riesgos ambientales, como el golpe de calor o el mal de altura, para evitar picadura de mosquitos o comentar riesgos como las ETS o VIH», concluye la Dra. Cortés.