Preocupa además la situación generalizada de los profesionales, con datos relevantes a nivel europeo, donde se constata que un incremento de los recursos se traduce en una menor productividad. Esta tendencia es anterior a la aparición de la pandemia, por tanto, es algo a analizar, y si además lo confrontamos con una subida de la demanda asistencial aderezada con la cultura de la “inmediatez” ha hecho que el sistema se resienta y no sea capaz de dar una solución adecuada. En esta línea, la situación de los recursos humanos merece una reflexión, y ya no porque sean escasos, y tengamos que captarlos, sino porque están cansados, desilusionados, desmotivados. No puede ser más acertado el lema de las jornadas: “Gestionando con las Personas”, hemos de gestionar su conocimiento, el talento, hay que contar con su opinión, son parte de la solución. Hay estudios que ponen de manifiesto tanto las necesidades del sistema, como la forma en la que podrían superarse sus carencias. En concreto, se destacó que hay medidas que dependen directamente de los profesionales de la gestión sanitaria. Pese a ello, también es necesario que haya voluntad política para avanzar en la transformación del modelo para la mejora de la calidad del ámbito asistencial.
Sin duda, para esto, no sólo basta aplicar todas las medidas antes anunciadas, sino que hay que trabajar en la propia “gestión del cambio”, para que tengan efecto. Esta sensación la refleja perfectamente el genial profesor Xavier Marcet en la conferencia de clausura: “promover la innovación por sí sólo no basta, la innovación está en la mirada, la tecnología viene después”. Dicho queda.