Ya escribimos el otro día que no sabemos muy bien a qué se refieren nuestros digitadores regentes cuando llaman por su nombre a altos cargos digitados como “independientes”. Para que esta política de inseminación rápida te designe algo debes ser necesaria y sectariamente de la cuerda, digo en cuanto a lo que los sectarios designantes consideran. Dicho esto, ha sorprendido estos días la celularidad embrionaria de esa interrumpida relación socialismoOriol Lafau, un revolcón en toda norma en cuanto Mercedes Garrido -como abuela convertida en madre, o al revés, no lo sabemos- pudo recordar que la gestación subrogada era una forma de sub-rogarle que se largara, una forma de abrirle al camarada el tapón de la probeta selectiva de la “violencia contra la mujer”. Algo debe tener el feminicidio cuando te lo aplican y te lo bendicen al primer polvo, alejándolo del principio de libertad absoluta que defendemos aquí, muy por encima de la miseria, siempre hija natural de la verdadera violencia. Pensar en que Anita Obregón ha amamantado el aborto de Oriol es entender en primer lugar que el compañero no se va, que al compañero lo echan, curiosamente sin cortar el cordón umbilical de sa padrina Francina. Le miente a sus hijos diciendo que se va por “razones personales”, bajo la atolondrada confusión entre el seminazo o el seminazi alquiler de servicios. No ha entendido el bueno de Lafau que en esos momentos es cuando tiene que nacer ese niño que llevas dentro y decir lo que los niños sanos y apolíticamente independientes dicen, la verdad.
Entrar en el juego de un embarazo socialista -que violenta a los hombres llamándolos por la vía de los hechos violentadores de mujeres- es contribuir a todo este detrito panorama, es seguir manteniendo la posibilidad de que cualquiera te veje por menos de nada, todo y más si sigues en el puesto político (coordinador de algo) en el que te nombraron los que te insultan. Lafau es padre y es hijo, sí, pero es ya también el espíritu menos santo de estos días procesionados, el primero que cae desde la pasión de un govern de trampas, de farras, de mentiras y de excesos de todo tipo que se desmontan con un mero análisis psiquiátrico infantil. Y todo sin alumbramientos, sin que lo diéramos a luz.+ A Lafau le han hecho la cama elevándole el colchón como una Kelly moderna, como si hubiera procreado en cualquier catre en el que jamás debiera haberse acostado. Ni violento ni contra las mujeres ni un político distinto del que ya era. Sólo un hombre libre equivocado que no sabe que irse diciendo la verdad -a veces siempre- te hace libre. Feliz día del padre.