El 10 de mayo se celebra el Día Mundial del Lupus, una fecha para concienciar a la población sobre una patología crónica poco conocida que, se calcula, afecta a más de 80.000 pacientes en España y 5 millones en todo el mundo. De todos sus tipos el más habitual es el lupus eritematoso sistémico, cuya prevalencia en Españaes de 40-50 casos por cada 100.000 habitantes.
Se trata de una enfermedad autoinmune que puede afectar a cualquier órgano y que ataca principalmente a mujeres (9 de cada 10 pacientes son del sexo femenino). La edad promedio de inicio es de 30 años, aunque puede afectar a cualquier edad, desde niños a ancianos.
“En concreto aparece con la sobreestimulación de las células B, que provoca la producción de anticuerpos que atacan a las propias células del cuerpo. Esto causa daños en la piel, las articulaciones, riñón y otros órganos”, explica el Dr. José Luis López Estebaranz, presidente del Colegio Iberolatinoamericano de Dermatología (CILAD).
Aún así, resulta difícil de diagnosticar, puesto que cada paciente presenta un patrón diferente de síntomas. En aquellos casos en los que afecta a la piel, se manifiesta con erupciones, lesiones escamosas o ampollas que llegan a provocar la pérdida de cabello, úlceras en las mucosas -sobre todo dentro de la boca, de la nariz y de la vagina- y calcinosis.
Estas llagas también pueden provocar la aparición de cicatrices, cambios en el color de la piel o erupciones en forma de mariposa en las mejillas, la nariz o las extremidades con aspecto de quemadura solar. Por otra parte, aquellos pacientes con problemas en los vasos sanguíneos pueden encontrarse con cambios en la tonalidad de la piel en ciertas partes de su cuerpo.
Estos cambios van desde pequeñas petequias que aparecen en la parte inferior de las piernas hasta un eritema palmar que enrojece las palmas de las manos, pasando por el entumecimiento de los dedos de las manos y los pies. El primer paso para tratar los efectos del lupus en la piel es acudir a un especialista para consultar qué posibles terapias se pueden seguir.
Sobre todo, si aparecen molestias físicas, como dolor o picazón. Los fármacos que más se utilizan para ello son: antiinflamatorios, inmunosupresores y esteroides. Aunque en ocasiones se opta por terapias biológicas que alteran ciertas proteínas del sistema inmunológico.
Algunos de los síntomas pueden prevenirse o aliviarse adoptando ciertos hábitos, como protegerse del frío en aquellos casos en los que el paciente padece entumecimiento en sus dedos, o evitar el sol. “El lupus suele generar sensibilidad a la luz ultravioleta, por eso es recomendable usar de forma continua y en aquellas zonas que se expongan al sol una crema protectora con un SPF de 60 o más».
Para paliar este efecto también se pueden utilizar prendas de ropa o complementos en casa, como cortinas, que protejan la piel de los rayos solares, y evitar actividades al aire libre en aquellas horas del día en los que el sol está más alto y es más agresivo.