Un clima de incertidumbre se respira en el ámbito sanitario balear, donde se comentan las quinielas de los próximos y posibles candidatos a gestionar uno de los “marrones”, en el actual contexto, clave en el estado del bienestar que es la Sanidad pública. No hay que olvidar que ha sido un factor determinante en que el PP ganara las elecciones y sino que lo pregunten en Ibiza, Formentera. Es la hora de que el PP cumpla con sus promesas electorales. 48.000 funcionarios a los que representa la plataforma UNISEP, (de ellos más de 18.000 sanitarios), esperan que actualice la indemnización de residencia. El 60%, por lo menos de la plantilla del Ib-Salut, esperamos que convoque la carrera profesional del 2018-2023, ojo a la deuda que deja la no convocatoria, (solo ente el colectivo médico de 27 millones) y 3.700 médicos de la sanidad pública esperamos que se nos retribuya la productividad variable del 202 al 2023. Es urgente un plan de emergencia sanitaria en Ibiza en los primeros 30-60 días con la puesta en marcha de un protocolo excepcional de puestos de muy difícil cobertura en oncología- incentivaciones retributivas y no retributivas excepcionales -, neumología y medicina interna). Queda mucha tarea, hay que arremangarse a tope y el PP tiene que poner a sus primeras figuras en los órganos directivos.
Profesionales del sector, médicos de prestigio, de reconocida solvencia profesional y conocedores del mundo sanitario. Es la hora de los mejores y de los más preparados. Hay muchos puestos claves para dirigir el gran portaviones que es la sanidad pública balear: el director general del Ib-Salut, el gerente del hospital de referencia (el Hospital de Son Espases necesita como el comer recuperar su excelencia asistencial , con la dotación de especialistas que se merece y haciendo caso del decálogo de propuestas que harán los jefes de servicio ), el gerente de Atención Primaria que debería escuchar atentamente a las propuestas de los coordinadores de los centros de salud, un director médico hospitalario en el tercer piso del Ib Salut y un coordinador de Salut Mental que pueda contar con un presupuesto relevante para poder contratar a los profesionales que en estos momentos necesitamos. Basta ya de migajas para la Salut Mental.
Por otra parte, hay que despolitizar y “profesionalizar “la gestión de la sanidad pública, para poder así contar con los mejores gestores o aquellos que hayan demostrado su capacidad y competencia gestora. La buena gestión no entiende de ideología. Trabajar a destajo, vistas las tareas acumuladas bajo el liderazgo de los mejores, esto es lo que precisa nuestra sanidad pública y este debe de ser el leiv motiv de la Conselleria de Salut. Por eso es clave la elección de los líderes que dirijan la gran flota que hoy es la sanidad pública balear. De nuevo hay que recordar que la sanidad no te hace ganar elecciones pero te la puede perder, o lo que es lo mismo, se las hace ganar al partido en la oposición, en este caso, el PP. Todavía recuerdo la debacle del PP de Bauzà, donde el sainete en la gestión sanitaria fue espectacularmente negativo y triste. Como siempre hay que aprender de los errores espero que la historia no se repita, porque sería trágico para los ciudadanos y sería un suicidio político para el PP. Insisto en el PP hay suficientes médicos para liderar este nuevo proyecto solo hay que nombrarlos. Los experimentos se hacen en verano y con gaseosa y sería incomprensible y poco razonable nombrar personas, por muy vinculadas que estén con el PP, a liderar la sanidad. Simebal tiene grandes expectativas (y también su lista de candidatos), en que la dirección del PP valore lo que está en juego y elija a los más cualificados, que deberían de ser médicos con gran liderazgo clínico. Todo es compatible “se pueden nombrar activos gestores del partido pero priorizando la elección de los líderes clínicos”. No me cansaré de repetirlo. Ya saben en derrota transitoria pero nunca en doma.