Ferran Barbé es director clínico territorial de Enfermedades Respiratorias Crónicas del Hospital Universitari Arnau de Vilanova (HUAV), profesor de la Universitat de Lleida (UdL) y líder del grupo de Investigación Traslacional en Medicina Respiratoria, del Instituto de Investigación Biomédica de Lleida (IRBLleida) y el Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Respiratorias (CIBERES). Manuel Sánchez es investigador Ramon y Cajal, profesor del Departamento de Enfermería y Fisioterapia de la UdL y líder del grupo de Medicina de Precisión en Enfermedades Crónicas, del IRBLleida.
El buen uso del tratamiento con presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP) para el tratamiento de la apnea del sueño reduce el riesgo de volver a sufrir episodios cardiovasculares y cerebrovasculares hasta en un 31%, según una investigación liderada desde Lleida.
Los resultados se han publicado en la prestigiosa revista internacional Journal of the American Medical Association (JAMA). Este hallazgo evidencia que la terapia CPAP puede ser un factor clave para la prevención cardiovascular en pacientes con apnea obstructiva del sueño y enfermedad cardiovascular establecida.
«Los resultados de este estudio tienen una enorme relevancia clínica en el manejo del riesgo cardiovascular de los pacientes con apnea del sueño. Así, este estudio destaca la importancia y necesidad de que el paciente tratado con CPAP cumpla diariamente con dicho tratamiento utilizándolo durante todo el periodo de sueño».
Estos hallazgos «cambiarán las guías clínicas de manejo de la apnea del sueño”, han explicado Ferran Barbé Illa y Manuel Sánchez de la Torre, autores principales y responsables del estudio publicado. La apnea obstructiva del sueño afecta a entre el 20 y el 30% de la población adulta.
El 80% de los afectados no están diagnosticados. Es un trastorno común y crónico caracterizado por la oclusión de las vías respiratorias superiores durante el sueño, que provoca carencia de oxígeno de forma intermitente, fragmentación del sueño y cambios en la presión intratorácica.
La apnea del sueño genera riesgo elevado de enfermedades cardiovasculares. Investigaciones anteriores determinaron que la aplicación de presión positiva continua en la vía aérea en pacientes con enfermedad cardiovascular establecida y apnea obstructiva del sueño tiene un efecto neutral en la prevención secundaria.
Es decir, que no tiene ningún efecto positivo para prevenir acontecimientos cardiovasculares mayores. Esta nueva investigación demuestra que el cumplimento adecuado del tratamiento con CPAP (superior a cuatro horas de uso por noche) resulta un factor clave en la prevención cardiovascular secundaria.
También, en la reducción del riesgo de recurrencia de un evento cardiovascular grave. “Hasta ahora no había esta evidencia y solo se podía recomendar basándose en la mejora de los síntomas, lo que motivaba que algunos pacientes no tuvieran una adherencia adecuada.
Con esta nueva investigación se ha demostrado que su efecto no es neutro y, sobre todo, que no es acumulativo”, explica Ferran Barbé, que realiza una analogía con la protección solar. “La protección de la terapia CPAP es buena solo cuando se usa al menos cuatro horas diarias y desaparece cuando se usa menos o nada».
La investigación se ha realizado analizando tres estudios (hecho que se conoce como un metaanálisis) con información de 4.186 pacientes. «De manera individual, en los tres ensayos clínicos anteriores, no se pudo demostrar un efecto beneficioso del tratamiento con CPAP», señalan los investigadores, y añaden:
«Ahora, gracias al análisis de los datos conjuntos de estos tres grandes ensayos clínicos, hemos podido demostrar que aquellos pacientes que hacen un correcto uso del tratamiento de la apnea del sueño con el dispositivo CPAP consiguen reducir el riesgo de volver a sufrir un nuevo evento cardiovascular grave».
Los investigadores explican también que este nuevo análisis ha sido posible gracias a que se cuenta con una gran base de datos, al sumar los tres estudios, y que de forma individual no hubiera sido posible realizarlo.
La investigación ha contado con la participación de personal investigador del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Respiratorias (CIBERES), la Universidad Flinders y la Universidad de Nueva Gales del Sur de Australia, la Universidad de Concepción y la Clínica Las Condes de Chile.
También, de la Facultad de Medicina de Harvard y la Universidad de Pittsburg, de los Estados Unidos, el Centro Médico Universitario Hamburg-Eppendorf de Alemania, la Universidad de Goteburg, el Hospital Skarabrg, la Universidad de Lund, de Suecia, y la Escuela Universitaria de Estambul, de Turquía.
La investigación se ha financiado a través de proyectos concedidos por el Instituto de Salud Carlos III (ISCII), la Unión Europea, a través de FEDER, la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), el Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Respiratorias (CIBERES), ResMed, el IRBLleida y la Associació Lleidatana de Respiratori (ALLER).