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Un estudio de la UIB, el IdISBa y el CÍBERESP confirma que uso de mascarillas en espacios cerrados previene la transmisión de virus

Un estudio realizado durante la pandemia de COVID19 por investigadores de la Universidad de las Islas Baleares (UIB), del Instituto de Investigación Sanitaria de las Islas Baleares (IdISBa) y del Centro de Investigación Biomédica en Red de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP) muestra que el uso de mascarillas en espacios cerrados previene la transmisión de virus respiratorios.

El estudio lo ha financiado el Colegio Oficial de Enfermeras y Enfermeros de las Islas Baleares (COIBA) y  fue liderado por una enfermera que realizaba labores de rastreo en la Central de Coordinación COVID (CC COVID) de Mallorca del Ibsalut. Los principales resultados de este estudio se han publicado en la revista científica Frontiers in Public Health.

Esta publicación ha tenido un factor de impacto elevado, al situarse entre el 25% de las mejores revistas de salud pública. El artículo ha sido aceptado en la Revista Española de Salud Pública del Ministerio de Sanidad, pero está pendiente de publicación, siempre según una comunicación que se ha hecho desde la UIB.

Mientras se realizaba el rastreo de los estrechos contactos de pacientes contagiados por el virus SARS-CoV-2 (para poder aplicar las medidas de aislamiento oportunas) se llevó a cabo un estudio para evaluar la eficacia del uso de las medidas de protección individual (mascarillas y lavado de manos) en la prevención de la transmisión del COVID19.

También se analizó cómo influían en la transmisión del virus la ventilación del espacio, la distancia del contacto y el tiempo de exposición y la transmisión en diferentes ámbitos (laboral, escolar, doméstico, de transporte, etc.) con el análisis del efecto del uso de mascarillas en diversos contextos.

Finalmente, se estudiaron algunos factores que influyeron en que se utilizara o no la mascarilla cuando se estaba en contacto con otras personas. Los resultados principales obtenidos indican que la mascarilla es efectiva en la prevención de la transmisión del SARS-CoV-2, tal como se supuso como partida de la indicación de su uso como medida preventiva.

Es decir, que si durante el estrecho contacto con un infectado (que todavía no sabía que lo estaba) se había utilizado mascarilla, la probabilidad de infección era menor. El riesgo de contagio si se utilizaba la mascarilla se reducía prácticamente a la mitad. En función del tipo de espacio, la mascarilla era aún más importante.

Concretamente, en espacios interiores (tanto ventilados como no ventilados), la mascarilla era un elemento clave para disminuir la probabilidad de contagio, mientras que en espacios exteriores tenía poca importancia. Además, cuanto más tiempo estuviera en contacto con una persona contagiada, más necesario era el uso de la mascarilla para la prevención del contagio.

Un lavado de manos más frecuente no resultó importante en la prevención de la transmisión, aunque debe tenerse en cuenta que la mayoría de los participantes declararon que se lavaban las manos con frecuencia. El único síntoma de un contagiado al que se debió a una mayor transmisión de SARS-CoV-2 fue la tos, que es uno de los principales mecanismos de contagio del virus.

Respecto a los factores que condicionaban el uso de mascarillas, se pudo observar que en los contactos de mayor riesgo (espacios interiores, con más tiempo de exposición y menos distancia con el contacto) era donde menos se utilizaba la mascarilla, ya que probablemente, en los contactos más cercanos (familia, amigos) se tiene una falsa sensación de seguridad.

Sin embargo, cabe desatacar que durante la pandemia gran parte de los contagios, aproximadamente el 80%, se produjeron en el ámbito domiciliario (familia y amigos), lo cual pone en evidencia las consecuencias de esa falsa sensación de seguridad que llevaba a evitar muchas de las medidas de seguridad que sí se tomaban con personas desconocidas o no tan cercanas.

Los investigadores señalan que, de cara a futuras pandemias, podrían diseñarse aplicaciones informáticas de análisis de datos en tiempo real para optimizar y priorizar el rastreo en función del riesgo de contagio y de las condiciones del entorno local, lo que permitiría también optimizar los recursos sanitarios y reducir los contagios.

Los resultados indican también que, en las epidemias de virus respiratorios, como la epidemia actual de gripe, es importante el uso de mascarillas, especialmente en espacios cerrados, tiempos de exposición largos y distancias cortas, como el ámbito domiciliario o reuniones en espacios cerrados.

El equipo investigador del proyecto lo integraron Aina Huguet Torres (enfermera rastreadora durante la pandemia de COVID19 y actual investigadora predoctoral en la UIB); los doctores Aina M. Yáñez y Miquel Bennasar, catedráticos de Universidad e investigadores principales de Salud Global y Desarrollo Humano Sostenible de la UIB y del IdISBa, y el Dr. Enrique Castro, investigador de la Universidad Brunel de Londres. También participaron otros investigadores, como la Dra. Pilar Fuster-Parra, del Departamento de Ciencias Matemáticas e Informática, y Laura Capitán-Moyano y Cristian Sánchez-Rodríguez, del Departamento de Enfermería y Fisioterapia de la UIB. Todos ellos, miembros del grupo de investigación de Salud Global y Desarrollo Humano Sostenible de la UIB.

Este estudio está financiado por el Colegio Oficial de Enfermeras y Enfermeros de las Islas Baleares (COIBA) a través de una de las convocatorias anuales competitivas de las Ayudas COIBA a proyectos de investigación. Además, la investigadora Aina Huguet Torres cuenta con la beca Florence Nightingale, resultado de un convenio entre el COIBA y la UIB, que consiste en un contrato predoctoral de tres años para elaborar la tesis en el programa de Doctorado en Salud Global, Servicios de Salud y Atención Sociosanitaria de la UIB.

Referencia bibliográfica

Huguet-Torres A., Castro-Sánchez E., Capitán-Moyano L., Sánchez-Rodríguez C., Bennasar-Veny M. y Yáñez A. M. (2024) Personal protective measures and settings on the risk of SARS-COV-2 community transmisión: en case–control study. Frente. Public Health. 11:1327082. doi: 10.3389/fpubh.2023.1327082.

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