El Servicio de Dermatología del Hospital Universitario Son Espases celebró ayer el décimo aniversario de la Escuela de Atopía Infantil. La atopía es la enfermedad más frecuente en la infancia.
Facultativos especialistas del Servicio de Dermatología ofrecieron unas charlas informativas a los padres y familiares de los niños con dermatitis atópica sobre alergias alimentarias y herramientas para el manejo de la enfermedad. Con motivo del décimo aniversario, Sonrisa Médica preparó una pequeña obra de teatro para los niños.
Durante estos diez años se han realizado más de 25 talleres formativos y se ha impartido formación a más de 400 familiares de niños con dermatitis atópica. Esta enfermedad es una afección que hace que la piel se seque, pique y se hinche. Es común en niños pequeños, pero puede manifestarse a cualquier edad. La dermatitis atópica es una enfermedad crónica .
La Escuela de Atopía de Son Espases enseña a tratar la dermatitis atópica, una enfermedad inflamatoria crónica de la piel que afecta al 20 % de los niños. En colaboración con Sonrisa Médica ─que hace más divertidos los talleres─, se explica que la enfermedad no es contagiosa y que es posible espaciar y reducir los brotes.
Para ello hay que seguir el tratamiento farmacológico recomendado por el médico y una serie de recomendaciones, como mantener la piel hidratada y evitar las temperaturas extremas y el abrigo excesivo. Se informa también que las duchas deben ser breves y con agua tibia, que debe hacerse un secado suave con la toalla y, sobre todo, evitar rascar la piel. Estos son los consejos básicos para mejorar la evolución de la dermatitis atópica.
La dermatitis atópica se produce por anomalías en los componentes de las capas externas de la piel que actúan como barrera. En la dermatitis atópica se origina una disminución de la función de defensa de la piel y aparece sequedad, picor e inflamación. Por lo general, la enfermedad se manifiesta en brotes, es decir, hay períodos agudos de la enfermedad y otros de remisión.
Tiende a mejorar o, incluso, puede desaparecer con la edad, pero es importante efectuar una serie de cuidados diarios para que el número de brotes sean los mínimos e intentar controlar la enfermedad y mejorar la calidad de vida. La base del tratamiento es la hidratación, junto con una serie de cuidados generales. A menudo, durante el brote agudo se requiere tratamiento farmacológico.