Jesús Mullor Román - Foto: A.COSTA/UIB
El nivel educativo debería considerarse un factor central en las estrategias de prevención y tratamiento del consumo de drogas, dado que actúa como factor protector contra las adicciones. Ésta es una de las conclusiones principales de la tesis doctoral de Jesús Mullor Román, defendida recientemente en la UIB.
La trayectoria profesional de Mullor está ligada al trabajo con las adicciones. Preside Projecte Home Balears y la comisión estatal de evaluación de Proyecto Home España, dirige el Observatorio Español de Adicciones y es profesor asociado del Departamento de Pedagogía Aplicada y Psicología de la Educación de la UIB.
Su investigación ha analizado la relación entre el consumo de drogas y el rendimiento académico, con el objetivo de ofrecer recomendaciones para mejorar la salud y el bienestar. Mullor ha trabajado con datos sobre 151 variables de tipo individual, familiar y social de 6.075 pacientes en tratamiento en centros de rehabilitación.
El análisis ha revelado asociaciones significativas entre el consumo de drogas y diferentes aspectos de la vida de los pacientes. Existe una fuerte relación entre un nivel educativo más elevado y un menor riesgo de consumo de drogas, según se desprende de esta investigación.
A su vez, se ha visto que un nivel educativo superior se asocia a una edad más tardía en el inicio del consumo, a una menor probabilidad de uso de vías peligrosas (como la inyección) y a una menor prevalencia de sobredosis. Para todo ello se han estudiado las asociaciones con sustancias como alcohol, heroína, cannabis o cocaína.
La investigación también ha detectado diferencias por sexo. Entre quienes acuden a tratamiento, las mujeres tienden a alcanzar mayores niveles educativos y a consumir más alcohol. Sin embargo, los hombres consumen más cocaína. El consumo de heroína y cannabis presenta diferencias mínimas entre sexos.
El entorno sociofamiliar tiene impacto sobre el consumo de drogas. Un mayor apoyo social y familiar se relaciona con un mejor rendimiento académico entre pacientes en tratamiento por adiciones. También se ha visto que el nivel educativo y el consumo de drogas pueden influir en la exposición a abusos.
Estos abusos pueden ser emocionales, físicos y sexuales. De la misma forma, la combinación de una adicción y un nivel educativo bajo aumenta la prevalencia de depresión intensa, problemas para comprender, alucinaciones, problemas para controlar conductas violentas, ideación suicida severa e intentos suicidas.
Por ello, el investigador señala que este hallazgo reafirma la relación entre consumo de drogas, bienestar emocional y rendimiento académico, y la importancia de considerar estas experiencias en la recuperación de las personas con adicciones y de actuar preventivamente desde el ámbito educativo, social y sanitario.