Postcovidianos

Fue un antes y un después en nuestras vidas. Si vemos la botella medio llena se podría considerar que fue un grandísimo e inesperado aldabonazo que nos rehumanizó más, confrontándonos con nuestras compañeras inseparables de viaje: indefensión, vulnerabilidad, soledad, vejez, deterioro y muerte e hizo emerger nuestros valores prosociales. Es el caso de la empatía compartida y la solidaridad. Entonces conjugamos el plural en vez del singular. También se reafirmó lo obvio, – el ser humano es un ser social y los vínculos sostienen nuestra vida-, en cuanto a las consecuencias trágicas de la soledad y el aislamiento social y que el apoyo social reduce la soledad al mejorar la calidad de las relaciones y aumentar el compañerismo, las conexiones significativas, la pertenencia y la comprensión empática . También hay muchas evidencias de que abordar la soledad de manera eficaz es una tarea compleja, pero tiene un potencial importante para reducir o incluso prevenir futuros síntomas depresivos en los adultos mayores. Ahora bien, ¿hemos mantenido la mentalidad colectiva desarrollada en la pandemia? ¿Hemos desarrollado cambios en salud pública que nos permitan mejorar nuestra adaptación preventiva ante nuevas pandemias en España? ¿Hemos hecho más solvente, sostenible y sólida la sanidad pública? ¿Hemos mejorado su financiación con los fondos europeos? ¿Por qué la ministra de sanidad ha convertido los aplausos de la pandemia a los sanitarios y no sanitarios en lanzas, -ahí está el penalizador estatuto marco-, contra los 177.000 médicos de la sanidad pública? Por cierto, nunca me cansaré de recordar, que 125 médicos en activo ya no volverán a poner se las batas, ya que fallecieron estando al lado de sus pacientes, sin epis adecuados. En fin, ni la ciencia ni la tecnología nos curarán de ser humanos. No obstante, confió en la O de optimismo y en que la realidad virtual no sustituya los vínculos familiares e interpersonales. Como dice el grupo analista José María Ayerra: “Si algo nos caracteriza a todos es nuestra indefensión, que si la aceptamos nos conduce a la empatía y a la solidaridad. Esta es una de las lecciones de esta dramática pandemia. Los ingredientes para cambiar tienen, a lo largo de nuestra existencia, que ver con el coste, la frustración y el dolor. Solo el cariño como catalizador nos permite integrarlas». En fin, la mente humana se lo monta lo mejor posible y que puede para adaptarse de la forma más adecuada a la realidad. Ahora bien, tenemos momentos de perplejidad, de asombro ante la vida, de interrupciones de la vida; buscamos motivaciones para vivir, para luchar, para esperar, para encontrar unas metas, una guía o una directriz en la vida. Solo desde un darse cuenta interna y en el encuentro con los demás se va haciendo el camino. Como decía Gil de Biedma “que la vida va en serio, nos enteramos demasiado tarde”. Por cierto el sábado día 5, se escenificará un nuevo y frontal rechazo contra el Estatuto de Mónica García. Mega manifestación en Madrid, convocada por la Confederación Española de Sindicatos Médicos y el Sindicato Médico Andaluz, con el apoyo explícito del Foro de la Profesión Médica, Mires, estudiantes de medicina y muchas sociedades científicas médicas. Por cierto, ¿qué piensa Sánchez de este anteproyecto que no da respuesta a las exigencias de Europa en cuanto a las mejoras que debe de haber en la sanidad pública y que van asociadas a los fondo del Next Generation? Ya saben en derrota transitoria pero nunca en doma.