Juan Riera Roca /
Investigadores de la Universitat de les Illes Balears (UIB) y del Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBEROBN) han descubierto biomarcadores tempranos en sangre para identificar los riesgos de salud asociados al fenotipo de la «obesidad normopeso».
El grupo del profesor Andreu Palou ha demostrado por primera vez que la ingesta de una dieta desequilibrada rica en grasas incrementa la expresión de proteína, la KRT23, en el hígado de animales con fenotipo falso del-gado. En este fenotipo no se aprecia obesidad pero sí los riesgos de salud que conlleva.
Partiendo de la base de que la obesidad causa problemas de salud, los investigadores trabajaron también desde la perspectiva de que estar delgado no es sinónimo de estar sano. La última década se ha caracterizado la existencia de individuos «falsos delgados».
Se trata de personas que tienen un peso normal acorde a su estatura, pero que presentan características relacionadas con la obesidad, como deposición de grasa visceral, y un mayor riesgo de padecer diabetes tipo 2 y enfermedad cardiovascular. Tal vez un duro golpe para quienes huyendo de las dietas y el ejercicio se conformaban con ser ·fofisanos”.
Este síndrome, conocido en la literatura científica como «obesidad normopeso » va asociado a la ingesta de dietas desequilibradas, ricas en grasas o con exceso de azúcares sencillos y a un descenso en la actividad física, y constituye un serio problema de salud pública del que los científicos de la UIB y del CIBERON advierten.
Riesgo metabólico
Se estima que hasta un 20% de la población mundial podría encontrarse en situación de riesgo metabólico, pero estos individuos no serían diagnosticados debido a la ausencia de signos evidentes de sobrepeso u obesidad, es decir, son personas a las que no se ve ni se sienten como “gordas”.
En algunos casos podrían incluso no presentar alteración de marcadores sanguíneos.
Por ello, era importante encontrar nuevos biomarcadores que permitieran identificar de manera temprana el riesgo de desarrollar un fenotipo falso delgado, para poder poner en marcha estrategias de prevención adecuadas a la prevención y corrección de riesgos.
El grupo de investigación en Nutrigenómica y Obesidad de la Universidad de las Illes Balears, liderado por el doctor Andreu Palou, junto con la doctora Paula Oliver, lleva años caracterizando el fenotipo falso delgado y buscando biomarcadores tempranos de riesgo metabólico para desarrollar estrategias.
Estos estudios se han llevado a cabo como parte de las líneas de investigación del CIBER de Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBEROBN) al que pertenece el grupo, y están incluidos en la tesis doctoral del doctor Rubén Díaz-Rúa que ha sido defendida recientemente, según se ha informado desde la Universitat.
Los investigadores de la UIB han demostrado que el fenotipo falso delgado va asociado a una deposición anómala de grasa en el hígado, aun en ausencia de obesidad, y sin incremento de los niveles en sangre de marcadores clásicos como el colesterol y los triglicéridos que puedan servir como señal de alarma.
Esta situación es preocupante, pues el hígado graso es uno de los principales desencadenantes de enfermedades metabólicas y hepáticas. El grupo de Palou ha demostrado por primera vez que una dieta desequilibrada rica en grasas incrementa la proteína, la KRT23, en el hígado de animales con fenotipo falso delgado.
Proteína
Esta proteína ha sido descrita como marcador de enfermedad hepática en humanos (esteatohepatitis y progresión a hepatocarcinoma), lo que supone uno de los primeros hitos en el control de los problemas y riesgos de los “falsos delgados”, ya que su seguimiento permitiría detectar lo que hasta ahora es indetectable.
Las investigaciones en la UIB también han permitido identificar la utilidad del análisis de expresión génica en una fracción de células de la sangre de fácil obtención, las células mononucleares de sangre periférica, para monitorizar desviaciones de salud que se producen en los animales con fenotipo falso delgado.
El siguiente paso es el de testar la utilidad de estos biomarcadores directamente en humanos para poder de esta manera contribuir a los diagnósticos preventivos.
