Juan Riera Roca /
Un estudio conjunto de científicos de la Universitat de les Illes Balears (UIB) dirigido por Pilar Roca, de la Universidad de Verona y del Instituto Nacional de Cáncer Reina Elena de Roma ha descrito un nuevo mecanismo que explica la implicación de la proteína p53 en la proliferación celular tumoral.
En el caso de los pacientes con cáncer, en más del 50 por cien de casos la p53 está mutada. Ello ha derivado a afirmar que en muchos casos de tumores humanos, las mutaciones en la p53 se han asociado con un pronóstico peor, una respuesta peor a los tratamientos y una recurrencia tumoral más grande.
La p53 es una proteína que ejerce un papel clave en la regulación de la respuesta de las células frente a situaciones de estrés oxidativo. En situaciones de daño al ADN, esta proteína interviene parando el ciclo celular y, si los daños son suficientemente graves, conduce las células dañadas a la muerte programada o apoptosis.
La apoptosis es el mecanismo natural que hace que las células viejas desaparezcan y sean sustituidas por las nuevas. En el cáncer las células no mueren y se desarrolla el tumor. Por esto, la p53 ha recibido el nombre de «guardián del genoma» y es considerada una proteína supresora de la formación de tumores.
En el caso de los pacientes con cáncer, en más del 50 por cien de casos la p53 está mutada. Aunque muchas de las mutaciones de la p53 implican la pérdida de actividad de esta proteína, frecuentemente se da el caso que la p53 mutada presenta funciones nuevas.
De esta manera la proteína contribuye activamente al establecimiento, al mantenimiento y a la extensión del tumor, en un cambio radical de función. En muchos casos de tumores humanos, las mutaciones en la p53 se han asociado con peores pronósticos, respuesta tratamientos y mayor recurrencia tumoral.
Científicos del Grupo Multidisciplinar en Oncología Translacional del Instituto Universitario de Investigación en Ciencias de la Salud de la UIB, parte del Centro de Investigación Biomédica en Red de Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn) del Instituto de Salud Carlos III han abordado este tema.
Su trabajo ha permitido demostrar que esta ganancia de funciones de la proteína p53 mutada puede desencadenar una serie de cambios que contribuyen a la detención del proceso de autofagia en diferentes etapas, y que favorecen la inhibición de la apoptosis y el mantenimiento de la actividad oncogénica en estas células.
El estudio, que se ha realizado conjuntamente con investigadores de la Universidad de Verona y del Instituto Nacional de Cáncer Reina Elena de Roma, también describe que las células tumorales con la proteína p53 mutada son más sensibles a la inhibición de la vía de regulación mTOR.
Esta vía está implicada en la regulación de crecimiento, proliferación y muerte celular, que suele estar aumentada en algunos tipos de cáncer. Por todo ello la proteína p53 es una diana terapéutica, especialmente en estas células con la proteína mutada y que presentan una ganancia de funciones.