El estudio, probado, de momento, en ratones, demuestra cómo el tratamiento con compuestos derivados del sistema canabinoide, concretamente el ‘Rimonabant’, bloquea los receptores canabinoides CB1 en el estómago, lo que es interpretado por sensores presentes en las células gástricas como una señal de saciedad al cerebro que responde disminuyendo la ingesta. El ‘Rimonabant’ fue comercializado en el 2006 como una prometedora terapia contra la obesidad por presentar un potente efecto reductor del apetito. Sin embargo, posteriormente, en el 2008, fue retirado del mercado por sus efectos adversos a nivel central, ya que algunos pacientes presentaban episodios de depresión asociados a su uso.
En palabras de la doctora Luisa María Seo, investigadora del CIBERobn que lidera el estudio, “ a pesar de la polémica que desató la retirada del fármaco, el trabajo que ahora publicamos reabre la puerta a nuevas terapias con derivados canabinoides en la batalla contra la obesidad. Precisamente, el nuevo mecanismo encontrado demuestra un efecto beneficioso de este medicamento sobre el control del peso corporal y propone que el desarrollo de fármacos de características similares, con acción exclusiva sobre el estómago, podría evitar efectos adversos en el sistema nervioso central”.
El trabajo supone un nuevo paso dentro de la línea de investigación seguida por este grupo desde hace años y centrada en el papel del estómago como órgano endocrino capaz de regular el apetito. Pone de manifiesto la relevancia de la comunicación gástrica-cerebral como vía esencial de regulación del peso.
La investigación, que ha merecido el premio a la mejor comunicación oral en el 26º Congreso de la Sociedad Gallega de Endocrinología, Nutrición & Metabolismo, es fruto de una colaboración internacional con el equipo del doctor Uberto Pagotto, de la Universidad de Bologna, líder mundial de la investigación en este campo de la ciencia.