Una de cada ocho mujeres padecerá un cáncer de mama a lo largo de su vida, en muchos casos será necesaria una mastectomía y los expertos aconsejan, que cuando sea posible, se opte por una reconstrucción mamaria. Éstas son algunas reflexiones del Primer Congreso Español de la Mama recogidas por el reconocido experto en Senología y Patología Mamaria de Red Asistencial Juaneda, el doctor Julio Martínez-Almoyna.
Más de veinte años de ejercicio avalan al cirujano Martínez Almoyna como uno de los referentes en Baleares en lo que a Senología y Patología de Mama se refiere. Desde su consulta en la Clínica Juaneda explica la actitud quirúrgica ante un cáncer de mama operable: “El tratamiento quirúrgico consiste en extirpar el tumor con tejido sano de seguridad alrededor y valorar la posible afectación de la axila. Hoy las tendencias terapéuticas han evolucionado hacia una actitud más conservadora, no tan mutilante como las mastectomías clásicas. Es una cirugía personalizada, basada en la paciente, en las características morfológicas y moleculares del tumor y en la opinión de la paciente, cada vez más involucrada en la toma de decisiones. Como norma general, se extirpará un trozo de la mama, incluyendo el tumor, y se comprobará si éste ha afectado a la axila, es lo que se llama la biopsia del ganglio centinela. Aveces, si la paciente lo desea, podemos hacer “cirugía oncoplástica”, esto significa, aplicar técnicas de cirugía plástica, reconstruir el resto de la mama enferma y la otra mama al mismo tiempo”.
Aunque en ocasiones se debe extirpar todo la mama. Para estos casos, el doctor Martínez-Almoyna matiza que: “Hay que valorar el tipo de técnica a seguir, según por lo que está indicada. Con eso quiero decir que habrá mujeres que, según sus características, se les podrá hacer una reconstrucción con implantes o con sus propios tejidos y plantearse hacerlo en el momento en que se le extirpa la mama o meses después. Son técnicas laboriosas, complejas, que tienen sus pros y sus contras pero que entendiendo bien la mujer, en lo que va a consistir “su” reconstrucción, la calidad de vida y satisfacción es alta”.
En este campo la medicina regenerativa y celular está cada vez más introducida y se vislumbra ya como el futuro. Sobre las inyecciones de grasa para relleno, Almoyna opina que: “los injertos de grasa han sido una de las innovaciones más relevantes para la reconstrucción mamaria desde el cambio de siglo. Numerosos trabajos se han publicado referentes a técnica de recogida de grasa (normalmente del abdomen), de su manipulación, inyección y sus resultados. Intentamos conseguir protocolos de actuación seguros y que tengan indicaciones claras. En Medicina los resultados de investigación llevan años, aunque en este campo se está avanzando rápido. Normalmente se tiene que hacer una liposucción procurando no dañar las células de la grasa. Se recogen en un circuito estéril, se centrifugan o decantan para retirar restos que no vamos a usar y se pasan a jeringas para su inyección. Cada caso se tiene que individualizar, todas las pacientes son diferentes y se necesitarán varias sesiones de infiltración. Por ejemplo, se puede emplear en la corrección de los defectos creados post extirpación del tumor, cuando se han creado retracciones, hundimientos de tejido…también en pacientes con la piel torácica en mal estado por la radioterapia, la grasa da vida a la piel. Además cuando la reconstrucción mamaria postmastectomía ha sido hecha con colgajos abdominales o con prótesis, las inyecciones de grasa ayudan a dar vida a la cirugía y dan volumen – ya que crean un colchón y rellenan-”.