Mientras los que nos desgobiernan hablan de una Mallorca ocupada, aquí nos da por darle la razón a mi padre, que siempre la tiene. Pero solo la razón que nos conduce a pensar que -quienes viven y ganan pasta a nuestra costa defendiendo la ocupación- a los únicos que salvan es a sí mismos, en igual intensidad y en la dirección de sus bolsillos. La ocupación se creó en Mallorca, papi, para que se ocuparan los que nos la rebosan.
Por ejemplo, abres el periódico y ves que son los monseñores del aceite, los salvadores de la terrible ocupación del cerebro a través del “pa amb oli” los que siguen ocupando las páginas con nuevas declaraciones. Entre ellos me llega la nueva de que andan ocupados criticando la crónica que les dedicábamos el otro día desde aquí, y la razón se hace sencilla cuando se pregunta el por qué se dedicaron a los gliomas en vez dedicarse al betún para los zapatos. En la respuesta está la penitencia. También en el precio.
La Mallorca ocupada también aceitea estos días desde los servicios de urgencias de los hospitales públicos. Los pacientes –con sus urgencias y sus esperas- han llegado más cómodos al Parlamento en la bella boca de Patriciamiamor que en las camillas hacinadas desde las que no terminan de entender qué coño pasa con tanta ocupación. La mejor opción es ponerles un maillot rojo, de esos de la regularidad, y pintar la ocupación a lo 312 cortando los accesos por los pasillos. Hay que ser imaginativos cuando sólo nos queda el amor, Juli.
Una cosa es que Julimiamor y su nada lipídica y veraniega mujer anden juntos ocupando más sitio de la cuenta entre los dos, y otra cosa es que los médicos tengamos que ocuparnos de enfermedades a destiempo en lugares que deberían estar acondicionados hace tiempo. Si haces habitaciones en los pasillos terminas rápidamente con la hacinación en los accesos. Ya tiene el matrimonio la solución a la misma pregunta que ellos hacían cuando opositaban al PP sobre por qué no abrían más plantas, pero, claro, ella, Patriciamiamor era todavía una mujer no amada.
La última de nuestras ocupaciones es la del Podemos de Jarabo y su cadáver, que andan juntos revolviéndose y ocupando el asfalto vacacional del realquiler a precio de oro. Un fenómeno de la salvación, el titi, que se salva a sí mismo ganando ocho mil euros sobre el precio por el que el propietario (suponiendo que no sea él, quédese con este dato) se lo alquila a otro que coincide con él. Mallorca ha degenerado en el mallorquín, nos ocupan la casa, nos joden, y encima perdemos dinero. Definitivamente, ya no somos lo que nunca fuimos.