Ahora que estamos en pleno apogeo de urgencias saturadas, de guardias agotadoras y estresantes un día y otro también es bueno recordarle al Ib Salut, a los propios profesionales, a los pacientes y a la ciudadanía la “esplendida retribución de las guardias”. Sé que la mayoría de los ciudadanos no se lo creen y se quedan catatónicos con el misérrimo precio. Sobre todo cuando comparan esta retribución con las que perciben muchos profesionales de otras actividades cuya responsabilidad no es equivalente. Excelentes profesionales de otros ámbitos (mecánico, fontanero etc…), alrededor de 40 a 50. Y un filólogo balear que da clases de catalán unos 70. Por otra parte es demasiado tentador no señalizar el agravio que hay entre el precio de una hora de guardias médicas y el de la hora de asistencia a las diversas comisiones o las dietas de los ciudadanos que a la sazón habitan en el espectro político.
El hachazo serotoninérgico e hipercortisolico cerebral, el impacto en el hipocampo y la carga alostática secundario al estrés acumulativo de las guardias, supone un alto riesgo para la salud física y mental de los profesionales. Los médicos han cumplido, cumplen y cumplirán.
Ha llegado la hora de que la administración se ponga las pilas y cumpla. El colectivo médico ha estado a las duras y a las maduras pero nuestra resiliencia se está agotando. Exigimos una adecuación del precio de las horas de guardia tanto de facultativos como de Mires, así como de la Jefatura de guardia. Ahora toca, tras diez años de congelación, la adecuación inmediata. El Ib Salut lo sabe y debe de empezar a negociarse entre 2018-2019.
De 30 para arriba. Esa es la cifra.
La plataforma cívica menorquina. Mos Movem. En marcha. Let´s go.
La plataforma menorquina que lidera la famosa diseñadora Úrsula Mascaro, junto con un grupo de ciudadanos comprometidos con Menorca y con la defensa de la sanidad pública ha emergido como un tsunami que ha removido y adrenalizado la tranquila quietud de la isla.
El 17 de diciembre lograron convocar a más de 2.000 menorquines que se manifestaron en Maó. Motivo, la defensa de la sanidad pública de Menorca y de su cultura.
Leyeron un manifiesto rezumaba seny y grandes dosis de racionalidad. El manifiesto argumentaba profusamente porque estaban en contra del requisitazo sanitario unilateral del Govern que impone la acreditación lingüística en la sanidad balear. Mos movem es una plataforma sin links ni ideología política. Un movimiento integrador, incluyente, que suma y multiplica, de ciudadanos vigilantes maduros que hartos de votar, ahora vetan. Defienden a su sanidad y a sus profesionales. Hartos de las carencias sanitarias que ha afrontado siempre la isla. Los ciudadanos a través de Mos Movem no quieren practicar el surf sanitario, ni ejercer la equidistancia en el tema del requisitazo, por eso han optado por implicarse y bucear en una sanidad de calidad y calidez. A Úrsula le han llovido algunos palos a través de las redes sociales.
Todos injustos. La mayoría de las críticas preñadas de envidia y descalificaciones personales y profesionales.
Mezquindades que definen a los que la despellejan.
Ladran luego cabalgamos, dice el refrán. Pero los apoyos son muy superiores a estas mezquindades de personas con escaso cash cognitivo. Defienden a su sanidad, a los pacientes y a sus profesionales.
Es triste que rechazaran todas las propuestas que hicimos para implementar e incentivar el catalán. Les va más la imposición.
En derrota transitoria pero nunca en doma.