Y ante el estupor causado por el desembarco de los intereses privados en el máximo órgano consultivo del Ministerio de Sanidad que empieza por su vicepresidente, que es director de estrategia de una gran multinacional de tecnología sanitaria o la nueva secretaria general dirige el área contenciosa de un bufete de abogados especializado en derecho sanitario o seis representantes de farmacéuticas y el presidente de AMA, la agrupación mutual aseguradora, me sumo a la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria, la Federación de Asociaciones para la defensa de la Sanidad Pública, FACUA entre otras, que han mostrado su perplejidad por llenar de representantes de la sanidad privada y por mi parte, por la ausencia de expertos en temas relacionados con la salud pública.
Ámbitos de la atención sanitaria pública, como del medio ambiente, la promoción de la salud, la atención primaria o el enfoque de la Salud en Todas las Políticas, entre otros, como afirma SESPAS, deberían estar representados en este consejo asesor, dada la repercusión que tienen sobre la salud y el bienestar de las personas, las familias y la comunidad y que va mucho más allá del sector sanitario. Es evidente y así lo afirma la sociedad científica de la salud pública, que la toma de decisiones debe basarse en la pluralidad y la multidisciplinariedad con criterios de igualdad y equidad y que sean eficaces y eficientes, siendo éstos unos principios irrenunciables de cualquier toma de decisión que se lleve a cabo desde el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.
Asimismo, el número de mujeres es muy pequeño, por lo que es imprescindible incluir criterios de paridad a la hora de decidir la composición del consejo. Todo ello, con la idea de una visión más integral, integrada e integradora a la vez que intersectorial de la salud que ayude a avanzar en mejorar realmente la sanidad pública.
Además a menudo se confunde atención sanitaria pública con salud pública. La primera, como explica Carme Borrell en un artículo, tiene que ver con la atención individualizada que reciben las personas de los servicios sanitarios públicos para curar o paliar la enfermedad.
La salud pública se ha definido como «el conjunto organizado de actuaciones de los poderes públicos y de la sociedad para proteger y promover la salud de las personas, prevenir la enfermedad y cuidar de la vigilancia de la salud». Por lo tanto, el foco de la salud pública es la salud de la población, que está determinada por factores sociales, económicos y políticos que influyen sobre las condiciones de vida y trabajo de las personas, lo que llamamos determinantes sociales de la salud. Es esencial que los responsables políticos tengan una imagen fiable y clara de cómo se distribuye la salud en una determinada población. Y por tanto, que estén presentes en el consejo asesor.
Por todo esto y más, es necesario un cambio para que el consejo sea asesor, sea público y sirva para dar consejos que ayuden a mejorar el Sistema Sanitario Público Español, aunque sea con la actual “ministra”. Falta nos hace.