Juan Riera Roca /
Casi 400 personas ―382 para ser exactos― contrajeron en 2017 la infección gonocócica, enfermedad de transmisión sexual más conocida como gonorrea. Estos casos suponen casi un centenar más de los registrados en 2016, que no llegaron a 300, concretamente 292. Son datos, los últimos disponibles, del registro de enfermedades de declaración obligatoria (EDO).
Este registro, que realiza el Servicio de Epidemiología de la Dirección General de Salud Pública y Participación de la Conselleria de Salut , indica a su vez que la mayoría de los casos, 342, se registraron en la isla de Mallorca, 223 en Palma, frente a los 4 de Menorca y 36 de las Pitiusas (cuya elevada incidencia, a pesar de su menor población, deriva probablemente de sus características sociales y de ocio estival).
Otras ETS clásicas ―sin mencionar el VIH-Sida― como la sífilis, mantienen de un año para otro sus cifras de incidencia. Según el registro de las EDO en su última actualización, en 2017 se registraron 173 casos en las Islas, tres menos que los 176 de 2016. Los especialistas en epidemiología señalan que, en cualquier caso, para sacar conclusiones hay que comparar ciclos de varios años.
La gonorrea es una infección que se contagia a través del contacto sexual, dados que sus gérmenes se hallan en las mucosas del cuerpo, presentes y accesibles en vagina, pene, garganta y recto. Los hombres infectados presentan sensación de ardor al orinar y una secreción blanca amarillenta por el pene.
Las mujeres raramente presentan síntomas, pese a haber contraído la infección, pero cuando estos se producen se presentan en forma de anormal flujo vaginal y ardor al orinar. Las infecciones de la garganta y el recto producen pocos síntomas. Los síntomas de la gonorrea aparecen normalmente entre los 2 y los 7 días posteriores al contagio, aunque en algunos casos se notan hasta un mes después.
No tratar la gonorrea genera riesgo de complicaciones. En las mujeres, enfermedad pélvica inflamatoria (EPI) cuando la infección se extiende a los órganos reproductores, dolorosa y potencialmente causante de esterilidad. En los hombres puede derivar en inflamación de los testículos y el pene.
Como complicaciones más a largo plazo de gonorreas no tratadas, tanto hombres como mujeres pueden sufrir artritis, problemas de piel y otras infecciones de órganos ocasionadas por la extensión de la gonorrea dentro del cuerpo, dado que ésta puede pasar de estar localizada en el área genitourinaria a ser sistémica.
La prevención de la gonorrea es la habitual de las ETS: limitar el número de contactos de riesgo, utilizar siempre el preservativo, acudir al médico tras una relación de riesgo e informar a sus allegados si está infectado. La enfermedad se trata con éxito con cefalosporina o antibióticos del tipo quinolona.