Siendo cierto que el romance se inicia antes de su cortejo en el cargo, no olvidamos en las críticas de sus socios políticos a ese amor ni las acusaciones de “nepotismo”, ni las peticiones de “dimisión”, ni mucho menos las acusaciones de “cipotismo político”, en palabras íntimas de un deslenguado podemita.
Y ese amor crítico y compartido sin vergüenza alguna por nuestros platós públicos, se ha basado fundamentalmente en que estos dos amantes, estos dos corazones, estas dos almas amorosamente socialistas, estos dos que duermen juntos en el mismo colchón, controlan la condición de a qué se dedica el mayor presupuesto de esta Comunidad Autónoma. Mientras desayunan entre besos, la una propone y el otro ejecuta nada más y nada menos que el cuarenta por ciento del presupuesto de Baleares, mil quinientos ochenta y cuatro millones de euros de nada.
Y una vez sabido que desde el amor se controla y se decide sobre nuestro apaleado bolsillo, nos enteramos que lejos de ser una excepción a la norma, lo del amor, lo de la pareja, lo de la churri y el churro es moneda de uso común en los sitios que pagamos entre todos los ciudadanos. El amor, como enfermedad infecciosa, como trastorno mental transitorio, se filtra por los recovecos de todo aquello que la política miserable trae consigo. De una comunidad amada nos hemos convertido en una comunidad mamada, un lugar donde las parejas de tordos nos dan clases por parejas casadas, cual cisnes desvanecidos sobre nenúfares a pares.
Hoy resulta que en la facultad de medicina -amén de ser un lugar prostituido por la selección, de ser un lugar pervertido por la designación de enfermeras docentes de único y lógico mérito político en el socialismo ( tipo Alberdi), de ser un cortijo de enseñantes sin alumnos y de alumnos que huyen a la primera de cambio- ser par es mérito casual y suficiente como para estar en su elenco de enseñantes. Hoy parece que ser “señor de” o ser “mujer de” son casualidades suficientes como ser maestrillo de ese centro público que nos cuesta cuatro kilos anuales.
Que el Dr. Ibañezy su esposa la Dra. Brell coincidan en anatomía es casualidad. Que la química sea motivo para unir a los Dres. Reina (micro) yLlompart (bioquímica), o que excite a la convocatoria del Dr. Vidal (patología) con la Dra. Julià (inmunología) es un hallazgo extraordinario. Que el Dr. Pallarés y la Dra. Picado se vean en patología general/anatomía es taumatúrgico, y que el Dr. Suau y la Dra. Gómez lo den todo en anatomía patológica es algo ya sobrenatural. ¿Tendrá Iker Jiménezuna explicación a tanto fenómeno amoroso paranormal?