Juan Riera Roca /
La reciente decisión del Gobierno de España de recuperar la universalidad de la atención sanitaria es una pieza clave en la lucha contra la tuberculosis y en la protección de la salud individual ―especialmente en los vulnerables― y colectiva.
La ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, María Luisa Carcedo ha hecho estas declaraciones en su intervención ante las Naciones Unidas, en Nueva York, en la reunión de alto nivel Unidos para acabar con la tuberculosis.
El encuentro ha tratado una respuesta global urgente a una epidemia global convocada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el marco del 73º periodo de sesiones de la Asamblea General de Naciones Unidas.
«El acceso y cobertura universales para la prevención, diagnóstico y tratamiento de la tuberculosis son las claves sobre las que tienen que basarse el conjunto de acciones para el control de esta enfermedad», ha indicado la ministra.
Carcedo se ha referido a las barreras de acceso a los servicios sanitarios como uno de los principales aliados de la tuberculosis, además de «la pobreza y la exclusión, la marginación social o la presencia de comorbilidades».
Por ello, la ministra Carcedo ha insistido en la trascendencia de medidas como la recuperación de la atención sanitaria normalizada para todas las personas en España, y en la necesidad de «no dejar a nadie atrás».
«Debemos extender la cobertura sanitaria universal y fortalecer las capacidades de los sistemas sanitarios del mundo», ha planteado, añadiendo que «tanto por razones de justicia social como por ser más eficaces en la lucha contra enfermedades».
La ministra ha puesto el énfasis en hablar de enfermedades «que ya no tienen fronteras» y que «por eso, en España hemos recuperado la cobertura sanitaria universal del Sistema Nacional de Salud».
La ministra de Sanidad ha recordado que el Plan Nacional para la Prevención y Control de la Tuberculosis, aprobado en España en 2009, se alinea con la estrategia Mundial y el Plan de Acción regional de la OMS frente a la enfermedad.
Además, ha aludido a la necesidad de responder a distintos retos que plantea la tuberculosis, como es el caso del aumento de resistencias. «Necesitamos disponer de un arsenal terapéutico más amplio y adaptado».
A ello ha añadido la importancia de fortalecer las capacidades de acompañamiento de los tratamientos para que culminen con éxito o fijar estrategias para el control de la enfermedad en poblaciones de elevada movilidad.
Con motivo de la asistencia a la reunión de alto nivel, la ministra de Sanidad ha mantenido una serie de encuentros bilaterales con altos cargos de distintos estados y organizaciones internacionales.
Entre ellos está el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, el Comisario Europeo de Salud y Consumidores, Vytenis Andriukaitis, la ministra de Salud de Francia, Agnés Buzyn, el ministro de Salud de Portugal, Adalberto Fernández y el ministro de Sanidad, Trabajo y Bienestar Social de Japón, Katsunobu Kato.