Juan Riera Roca / El 40º Congreso de la SEMERGEN ha debatido en su sesión de hoy que aún se mantengan importantes diferencias entre Comunidades Autónomas en el acceso a los nuevos fármacos anticoagulantes. El tratamiento de la anticoagulación sigue considerando el paradigma del trabajo multidisciplinar.
Según los expertos, los diferentes modelos de anticoagulación implantados en España están avanzando en dos ámbitos: por una parte un mayor apoyo en Atención Primaria y por otra el fomento de la coordinación y colaboración multidisciplinar, según aportaron ayer los expertos participantes en el congreso.
En España hay más de medio millón de personas con fibrilación auricular no valvular y que, por lo tanto, son subsidiarios de un tratamiento anticoagulante para prevenir complicaciones asociadas. Por eso se debe hacer una apuesta clara y decidida por incentivar y promover el manejo multidisciplinar del paciente.
“La anticoagulación debe ser el paradigma del trabajo en equipo, pivotando alrededor del paciente”, indica el Dr. Sergio Cinza, vicepresidente 2º de SEMERGEN y Director de Agencia de Investigación de esta sociedad científica, al respecto de una actividad tan presente en el día a día de estos especialistas.
La situación más común ―explicaron los expertos― es la del paciente que tiene una cardiopatía y que precisa iniciar anticoagulación, por lo que inicialmente participan el cardiólogo y el hematólogo, con la actuación del médico de AP antes, durante y después de su intervención.
Además, en algunas ocasiones, también participan otros especialistas, como médicos de urgencias, o servicios como Medicina Interna. Por lo tanto, “somos muchos los facultativos de diferentes ámbitos los que estamos implicados en el manejo de este paciente”, ha dicho el doctor Cinza.
Por tanto, “somos muchos también los que, necesariamente, debemos tomar decisiones sobre la anticoagulación que precisa. Por eso, la colaboración, el entendimiento y el trabajo en equipo es crucial en estos casos: todo son ventajas. Hasta hace cada especialista tenía una intervención compartimentada y aislada”.
Así lo admite el Dr. Cinza, quien reconoce progresos: “los diferentes modelos de anticoagulación implantados en España están avanzando a modelos más apoyados en la AP y pretenden establecer una mejor coordinación entre los diferentes facultativos que deben valorar al paciente. La situación actual es mejor”.
A la mejora en el abordaje del paciente anticoagulado también ha contribuido la comercialización de nuevos fármacos, como los denominados anticoagulantes de acción directa (ACOD). Sin embargo, la disponibilidad de estos fármacos plantea problemas, como el acceso equitativo y homogéneo en las CCAA.
“La situación actual parece que ha mejorado ligeramente, aunque la situación de cada CCAA, incluso a nivel de gerencia local, es muy particular y actualmente no podemos hablar de un modelo homogéneo en toda España, lo que incrementa la inequidad entre pacientes”, aclara el Dr. Sergio Cinza.
Sin embargo, “con la mejoría económica, además de haberse comprobado la seguridad y coste eficiencia de los ACOD, parece que la Administración no ve con tanta desconfianza este tipo de fármacos y la presión sobre los facultativos para limitar el empleo de estos nuevos anticoagulantes se ha reducido ligeramente”.
En cuanto a los principales retos, el vicepresidente 2º de SEMERGEN aconseja, como primera medida, que “todos los pacientes que ya reciben un clásico antivitamina K (AVK, como el conocido Sintrom) y que presentan un mal control de su anticoagulación, deberían iniciar el tratamiento con ACODs”.
En un segundo paso, “a medio plazo, reclamamos que los pacientes que deben comenzar tratamiento anticoagulante puedan iniciarlo ya con un ACOD, sin necesidad de pasar por los AVK”. En el marco de este Congreso se ha hablado también de los beneficios que aporta el «Documento de Consenso”.
Este documento sobre el manejo perioperatorio y periprocedimiento del tratamiento antitrombótico es apoyo para que el médico (independientemente de su especialidad) pueda tomar la decisión adecuada sobre la suspensión o no del tratamiento anticoagulante antes de una intervención quirúrgica.
Y para que pueda reiniciarlo de la forma más segura para el paciente tras la misma. “Con estas modificaciones del tratamiento anticoagulante en situaciones especiales se pretende lograr una mayor seguridad para el paciente, manteniendo los niveles más altos de garantías en cuanto a la eficacia de la anticoagulación”.