Reducir la ingesta de azúcar tiene un efecto pequeño (una reducción media de 0,8 kilogramos) pero significativo sobre el peso corporal en los adultos, según una investigación publicada en 'British Medical Journal'. No obstante, los autores creen que los resultados de su estudio proporcionan cierto apoyo a las directrices internacionales de rebajar el consumo de azúcar a menos del 10 por ciento del total de energía para luchar contra la obesidad. El exceso de azúcar en la dieta se ha relacionado con la obesidad y un mayor riesgo de enfermedades crónicas, sobre todo por un alto consumo de bebidas endulzadas con azúcar, pero no todos los estudios han reportado una relación estadísticamente significativa. La Organización Mundial de la Salud ha sugerido que el consumo de «azúcares libres» debe ser inferior al 10 por ciento de la ingesta total de energía, pero no hay límite superior seguro acordado.
Así, un equipo de investigadores de la Universidad de Otago y el Instituto Riddet en Nueva Zelanda analizaron los resultados de 71 estudios (30 ensayos controlados aleatorios y 41 estudios de cohortes) de la ingesta de azúcar y grasa corporal para resumir la evidencia sobre la asociación entre la ingesta de azúcares de la dieta y el peso corporal tanto en adultos como en niños. Los azúcares libres se definieron como los azúcares que se agregan a los alimentos por el fabricante, el cocinero o el consumidor, además de los presentes de forma natural en la miel, los jarabes y los zumos de frutas. Las diferencias en el diseño del estudio y la calidad se han tenido en cuenta para minimizar el sesgo. Los científicos encontraron que la recomendación de reducir azúcares libres se asoció con una reducción media de 0,8 kilogramos de peso (en los estudios de hasta ocho meses), mientras que los consejos acerca de aumentar la ingesta de este producto se asociaron con un aumento correspondiente de 0,75 kilogramos. Este efecto parece deberse a una ingesta de energía alterada, ya que la sustitución de azúcares por otros carbohidratos no dio lugar a ningún cambio en el peso corporal, sugieren los autores.
La evidencia también fue menos consistente en niños, principalmente debido a un mal cumplimiento del asesoramiento dietético. Sin embargo, las bebidas azucaradas, el riesgo de tener sobrepeso u obesidad entre los niños aumentó con el consumo más alto en comparación con aquellos cuya ingesta fue más baja. Los autores señalan que, dadas las múltiples causas de la obesidad, no es sorprendente que el efecto de reducción de la ingesta sea relativamente pequeño y que algunos otros factores no medidos pueden explicar una parte o todo este efecto. Pero, en general, su conclusión es que «al considerar el rápido aumento de peso que se produce después de un aumento de la ingesta de azúcares, parece razonable concluir que el asesoramiento en relación con la ingesta de azúcares es un componente importante de una estrategia para reducir el riesgo de sobrepeso y obesidad en la mayoría de los países».