JUAN RIERA ROCA / La tesis doctoral de María de Lluc Bauzà Amengual, desarrollada en la Universitat de les Illes Balears (UIB) ha investigado el perfil de las usuarias de la contracepción hormonal de urgencia e identificado las conductas de riesgo asociadas a su uso entre la población universitaria.
La investigadora ha detectado un perfil de riesgo que se asocia al consumo de drogas ilegales y a tener relaciones sexuales frecuentes. También a un perfil que no se define ideológicamente de centro y a haber iniciado las relaciones coitales antes de los 16 años. La investigadora plantea diseñar estrategias de prevención.
La «píldora del día después» o contracepción hormonal de urgencia se entiende como una segunda oportunidad para reducir el riesgo de un embarazo no deseado después de haber mantenido una relación coital sin protección o en que el anticonceptivo habitual haya fallado. En España un 35% no son deseados.
Por otra parte, el porcentaje de abortos voluntarios en mujeres de menos de 25 años representa el 50 por ciento de los embarazos. Como una de las estrategias para reducir la tasa de embarazos no deseados, los gobiernos de los países occidentales y también el de España han regulado el acceso a la contracepción hormonal de urgencia.
Esta regulación ―que no se se ha visto exenta de controversia porque desde una perspectiva estricta supone una interrupción de un embarazo, si es que la fecundación accidental se había producido, es decir, un aborto― se ha llevado a cabo primer mediante la dispensación de este anticonceptivo poscoital con receta médica, y últimamente, sin.
La tesis doctoral de Bauzà pretende conocer el perfil de las usuarias de la píldora del día después en España, explorar los conocimientos, las actitudes y las creencias que tienen las mujeres de 15 a 25 años al respecto, y establecer la relación entre el uso de esta medicación y las conductas de riesgo de la población universitaria.
En una primera fase, se revisaron de manera sistemática los estudios llevados a cabo en el ámbito estatal sobre el perfil de las usuarias de esta píldora residentes en España. En segundo lugar, se hizo un estudio de diseño mixto exploratorio secuencial. Se hicieron entrevistas en profundidad y se analizaron los discursos de las mujeres jóvenes.
En la segunda parte, se llevó a cabo un estudio descriptivo transversal mediante un cuestionario autoadministrado. De la revisión sistemática se extrae que el perfil de las usuarias de la píldora del día después en España es el de una mujer joven y soltera que acude a los servicios de urgencias los fines de semana durante las 48 horas posteriores al coito.
La investigación también ha hecho evidente que las mujeres entrevistadas tienen conocimientos sobre esta medicación, aunque no la hayan utilizado e información correcta sobre cuándo la usarán. Las mujeres consideran la píldora del día después como un recurso positivo que evita un embarazo no deseado y / o un aborto avanzado.
Entre los discursos de las mujeres se identifican barreras que dificultan la utilización de esta medicación, como son los argumentos moralistas de algunos profesionales que dispensan el fármaco, razones morales o religiosas de las usuarias, y la falsa magnificación de los efectos secundarios que produce.
Además, existe un perfil de riesgo que se asocia a la toma de esta medicación y también diferencias por género. Así, hombres y mujeres universitarios que han utilizado la píldora del día comparten algunos factores relacionados con el uso, como son el consumo de drogas ilegales y tener relaciones sexuales frecuentes.
Entre las mujeres universitarias, este uso se asocia a la afiliación política, concretamente en un perfil que no se define ideológicamente de centro, y también a haber iniciado las relaciones coitales antes de los 16 años. Por todo ello, la investigadora plantea que es necesario diseñar estrategias de prevención de embarazos no deseados y abortos.
Y ello, no sólo desde la perspectiva de la regulación del anticonceptivo poscoital, sino en el sentido de que hay que ofrecer políticas de promoción de la salud afectiva dirigidas a la población joven, incluyendo el tratamiento del consumo de alcohol y las drogas ilegales con visión de género, según expresa la nueva doctora en su trabajo.