JUAN RIERA ROCA / Rosario Serra y Gema Blanch son enfermeras especialistas en Geriatría y Gerontología. Rosario Serra es además profesora asociada de la Facultad de Enfermería de la Universitat de les Illes Balears (UIB). Representan a un colectivo profesional que es la esencia de eso que se denomina cuidados enfermeros.
«La Geriatría es la parte de la Medicina que atiende a las personas mayores enfermas. La Gerontología es la ciencia que estudia el envejecimiento desde las perspectivas médica, psicológica y social», explican las especialistas, para diferenciar dos ciencias desde la que se plantean los cuidados.
Desde el punto de vista enfermero, «la Geriatría y la Gerontología consisten en prestar cuidados a las personas mayores. Los cuidados incluyen la promoción y prevención de la salud, algo muy importante para conseguir un envejecimiento activo, en salud y en la implicación social de los mayores.»
Naturalmente, además de la prevención y promoción de la salud, las enfermeras prestan cuidados a las personas mayores en el momento de un problema agudo, en la cronicidad «y también, dado que tenemos formación en esta especialidad, sería interesante que lideráramos este tipo de cuidados».
En 2013 se planteó la posibilidad de conseguir el título de enfermera especialista en Geriatría por una vía excepcional, con la exigencia de una serie de años de experiencia y un examen. Por este procedimiento se reconoció la especialidad a quienes llevaban una vida profesional dedicadas a la Geriatría.
Hoy, las enfermeras que quieren formarse como especialistas tienen que hacer un EIR (enfermera interna residente, similar al MIR de los médicos). Tristemente, para Baleares no se convocan plazas para formar EIR en Geriatría, pese a las necesidades reales del sector sanitario de estas especialistas.
«Para ello sería necesario ―explican estas especialistas― que hubiera lo que se denomina centros multiprofesionales donde exista la figura del geriatra. Esto es algo que no se da en la sanidad pública. De hecho, nosotras somos especialistas pero no ocupamos una plaza de especialista en Geriatría.»
El colectivo profesional de enfermería geriátrica en Baleares reivindica la creación de estas plazas y el reconocimiento de la especialidad en la sanidad: «Cada vez hay más personas mayores, pero estas plazas de enfermera geriátrica no se reconocen cuando es una cuestión de hacia dónde vamos.»
El paciente geriátrico tiene un perfil específico: «La diferencia entre tratar a un adulto joven o a un anciano frágil es la agresividad con la que se trate a esta persona y cómo se la ha de cuidar. Digo ‘agresividad’ porque a veces no pensamos lo que le haremos a cada persona para que se encuentre bien.»
«No siempre es tan importante salvar ―continúan explicando las especialistas― como darle a una persona anciana enferma una buena calidad de vida y aunque evidentemente siempre se intenta curar no siempre es posible, sobre todo cuando padece múltiples enfermedades, es pluripatológico.»
El paciente geriátrico es además muy particular: «Un paciente mayor puede presentar un problema infeccioso como una neumonía, que, sin embargo, tendrá como único síntoma aparente una desorientación, lo que se llama un síntoma confusional. Esto es algo que hay que saber diferenciar.»
Es por ello que «es importante formarse para tener conocimientos sobre cómo se manifiestan todos esos procesos de salud hace que te puedas dar más cuenta de lo que le está pasando a la persona. Dentro de la cronicidad es importante conocer los síndromes geriátricos, la inmovilidad, las úlceras, etc.»
«Hemos de saber tratar todo eso en conjunto. Igual que en los tratamientos farmacéuticos. Se toman muchas medicinas para diferentes problemas pero que se han ido añadiendo y ahí se quedan sin que nadie las revise. El cuidado a la persona mayor precisa de esa visión global sobre todas esas circunstancias.»