La noticia nos generaba dos reacciones: una buena, al sentir la importancia de trabajar un tema tan mal tratado en la sociedad española como es el de la automedicación, y una segunda, sin duda mejorable, de dar el papel de este proceso a la Escuela Nacional de Sanidad, con muchos años en el ámbito de la formación profesional y con muy poca experiencia en trabajo de la formación de pacientes y de la ciudadanía. Y decimos lo de que este aspecto es mejorable por no tener en consideración el trabajo cada vez más grande y más importante que están realizando la #reddeescuelas, las escuelas de salud y las escuelas pacientes y programas de paciente experto y paciente activo que hay ya en prácticamente todas las CCAA. Y más podemos decir que el Ministerio tuvo hace años un proyecto, La Red Ciudadana para la seguridad del paciente, que se encargaba de formar a la ciudadanía para un buen uso de la medicación. Ahora, desde Catalunya, Andalucía, Pais Vasco y Galicia, las que tiene más años los programas de paciente experto y activo en funcionamiento, a las más jóvenes como Canarias, Murcia, Extremadura, Valencia, Madrid Cantabria, La Rioja, Aragón o Balears, pasando por Asturias, Castilla La Mancha, Castilla León, Navarra, todas ellas van incrementando su actividad año a año llegando a muchos miles de ciudadanos/ as de todas las comunidades españolas.
Sabemos Sra Ministra, tal como usted ha dicho, que diversos estudios sobre el uso de medicamentos por parte de la población española indican que seis de cada diez personas usan incorrectamente los antibióticos, la mitad de los enfermos crónicos incumple su tratamiento y en torno al 70% de la población se considera capacitado para automedicarse. Y todo pese a los peligros para la salud que entraña. Para disminuir y hacer frente a los bulos, las creencias y las malas prácticas sobre la toma de fármacos, sin duda es necesario un programa de formación, con el fin de promover un correcto uso de la medicación entre la ciudadanía en general.
La cuestión es no tener en cuenta a los programas con más cercanía con la ciudadanía y con su formación, como es la #reddeescuelas.
Hemos leído que el objetivo del curso es que la población deje de recurrir «al doctor Google» para informarse acerca de su salud y los medicamentos que necesita y prefiera optar por la formación propuesta, que será «veraz, rigurosa, homogénea e independiente».
Sin duda esta visión de la Ministra es poco realista y muy mejorable, aunque sin duda, eso no quita de la importancia de generar formación en este ámbito, fomentando también los links (blogs, webs, …) claves para informarse en este tema.
Parece sin duda «fundamental» Sra Ministra y lo valoramos, la formación sobre fármacos, porque va ligado a la seguridad, no sólo de pacientes, sino también de cuidadores y de su entorno, aunque el proceso desde el trabajo cercano de las escuelas y programas de pacientes tendría mucho más sentido.
Creemos sea Ministra que es la oportunidad para poner en valor la Red de Escuelas, el trabajo de cada una de ellas, con la plataforma de formación virtual individual o conjunta hecha a partir del trabajo de todos.
Los resultados tras la formación, que han obtenido las escuelas y programas hasta ahora son excelentes Sra Ministra: mejora el estado de ánimo y la capacidad de afrontamiento, mejora el cansancio, mejoran las relaciones sociales y familiares, disminuyen las dificultades para disfrutar del ocio, aumenta la práctica de la actividad física, la alimentación es más saludable, mejoran los conocimientos para el autocontrol, mejora la confianza en los profesionales sanitarios, disminuye la utilización de servicios sanitarios y disminuyen las bajas laborales y su duración.
Además Sra Ministra, la literatura nos describe que los programas con metodologías tradicionales eran menos efectivos y menos aceptados por los pacientes que los que permitían que éstos definieran sus propias dificultades y sus propios objetivos para el cambio de hábitos en lugar de seguir las recomendaciones que les marcaban los profesionales. Era más efectivo adaptar los objetivos a las necesidades y circunstancias personales, familiares, sociales de los pacientes, ensen~ándoles a elaborar sus propios planes de acción en función de sus preferencias y capacidades. Asimismo, los resultados obtenidos (estudio pre y post a los 6 meses) por Kate Lorig y su equipo de la Universidad de Stanford, destacan que la formación entre iguales genera:
• Aumento de ejercicio.
• Mejora de la auto-eficacia.
• Mejor comunicación con sus médicos.
• Mejoras en su salud auto-referida.
• Disminución en las dificultades de las actividades de la vida cotidiana.
• Más actividades sociales.
• Disminución del estrés y ansiedad.
• Más energía y menos fatiga reduce su ansiedad.
• Menos visitas médicas y hospitalizaciones.
Además, Lorig y colaboradores encontraron que después de 1 año, se mantenían las mejoras significativas en materia de salud, en el estado de ánimo, en las relaciones sociales y en la auto- eficacia. Seguían disminuyendo las visitas a urgencias. Y después de 2 an~os, se constataron que se aumentaba la auto-eficacia, mejoraba la salud auto-referida y disminuían las visitas a los centros sanitarios (médicos y emergencias).
Además, se obtienen resultados parecidos utilizando programas formativos basados en nuevas tecnologías, como los cursos on-line.
Unos resultados como ve Sra Ministra, muy importantes y muy dignos y que pueden ser muy útiles para que la red de Escuelas pueda tener un papel importante en la formación de la ciudadanía ante la automedicación.
Esperamos que lo tenga en cuenta. Gracias.