El Hospital Universitario Son Espases atiende 250 nuevos casos de obesidad grave en personas adultas y 100 pacientes pediátricos con problemas nutricionales. Precisamente, el pasado 28 de mayo tuvo lugar el Día Nacional de la Nutrición con el objetivo de resaltar la importancia de adoptar una alimentación y un estilo de vida saludables desde pequeños y conseguir, de esta manera, prevenir y reducir la obesidad infantil.
Para sumarse a esta iniciativa, el hospital de referencia instaló una mesa informativa en la entrada de Consultas Externas, mientras que, por su parte, dos profesionales del Centro, la nutricionista Gabriela Nicola y la pediatra Maria Caimari, impartieron en el mismo lugar una conferencia abierta a todos los interesados, titulada “Comer saludable y prevención de la obesidad infantil”.
La nutricionista del Hospital Son Espases recomendó, a lo largo de su intervención, “reaccionar rápidamente ante de los primeros síntomas de exceso de peso y acudir a un profesional, para parar el desarrollo de la obesidad”.
El Hospital Universitario Son Espases desarrolla sesiones semanales de educación nutricional dirigidas a las persones con obesidad mórbida y a los pacientes diabéticos obesos. En dichas sesiones, se realizan trabajos sobre estrategias para fomentar una mayor adhesión a la dieta hipocalórica y sobre hábitos y estilos de vida. También se efectúan talleres prácticos de compra y de elaboración de alimentos.
El objetivo de la treceava edición del Día Nacional de la Nutrición consistió en introducir la idea de que comer sano es divertido y explicar a la población hábitos de alimentación desde la edad infantil, como desayunar y consumir tres piezas de fruta cada día; incluir verduras en la comida y en la cena; comer legumbres entre dos y tres veces a la semana; incrementar el consumo de cereales integrales, pescado azul o blanco, leche, yogur y queso bajos en calorías; disminuir el consumo de carnes con grasa, así como el de dulces o de bollería industrial, y servir raciones más pequeñas.
Además, se recomienda comer platos caseros, utilizar aceite de oliva virgen, procurar comer con la familia, realizar ejercicio físico diariamente, dormir un mínimo de ocho a diez horas, y evitar mirar la televisión en la habitación.
Los profesionales remarcan la importancia que tiene el desayuno, ya que se trata de la comida que proporciona más energía para desarrollar las actividades básicas diarias y es fundamental para reducir la obesidad infantil. Un desayuno correcto debe contener productos lácteos como leche, yogur o queso; cereales integrales o pan, y piezas de fruta.
Entre los factores de riesgo que pueden provocar obesidad infantil se debe destacar la alimentación inadecuada con una ingesta excesiva de grasas y de azúcares (fritos, bollería industrial, dulces o bebidas con azúcares añadidos) y la vida sedentaria, ya que permanecer demasiadas horas ante el televisor, el ordenador o los videojuegos resta tiempo para ir de excursión o para realizar deportes al aire libre.
Otros factores que se deben tener en cuenta son los de tipo genético como, por ejemplo, la obesidad de uno de los progenitores, la ausencia de lactancia materna o haber tomado menos de seis meses, y la reducción de las horas de sueño.