“Nuestro sistema inmunológico –explica la doctora Sendy Chugo– para luchar contra cualquier agente externo peligroso (bacterias, virus, hongos, etc) genera grandes cantidades de anticuerpos. Éstos liberan una serie de sustancias químicas, como es la histamina, que es precisamente la que causa los síntomas”.
La alergia, añade la especialista, se producen cuando nuestro organismo confunde a sustancias inocuas para la mayoría de personas con agentes peligrosos, activando estos anticuerpos y causando los molestos síntomas de la alergia.
El desconocimiento de las enfermedades alérgicas, la falta de un diagnóstico y un tratamiento adecuado conducen a una disminución de la calidad de vida de los pacientes, no solamente a nivel físico sino también a nivel psíquico.
Muchos creen que las alergias son un fenómeno exclusivamente primaveral. La doctora Sendy Chugo, sin embargo, explica que “los síntomas de la alergia pueden estar presentes durante todo el año, hay alérgenos perennes como es el caso de los ácaros, hongos, epitelios de animales y los pólenes también pueden estar durante todo el año. Pero es cierto que en la primavera es la estación en la que más plantas polinizan, por lo que se juntan varios alérgenos en esta época del año dando más síntomas que en otras estaciones.” Los síntomas de las alergias son muy parecidos a un resfriado: mucosidad, congestión nasal, estornudos, tos, pitidos en el pecho, picor de nariz y ojos. En el caso de alergia los síntomas varían de intensidad según el grado de exposición al alérgen, en las alergias los estornudos suelen ser repetitivos, la mucosidad suele ser más líquida y transparente pero las diferencias son sutiles en ocasiones y solo la persistencia de los síntomas o su repetición en similares circunstancias nos hacen sospechar una causa alérgica.
¿Cómo saber si una persona es alérgica? Lo explica la doctora Sendy Chugo: “En nuestra consultas interrogamos sobre los síntomas, la época del año en que el paciente se encuentra peor, la duración que suelen tener, medicación que ha usado, etc. Realizamos una anamnesis detallada y según ello dirigiremos las pruebas a realizar. Las pruebas se realizan sobre la piel, obteniendo información sobre a qué somos alérgicos, en caso que proceda se realiza un análisis de sangre específico para estos alérgenos.” La alergia no está presente desde el nacimiento, sino que se desarrolla con el paso del tiempo, es un proceso cambiante, tanto para bien como para mal. Hay alergias a alguna sustancia que pueden llegar a desaparecer. También puede ocurrir lo contrario, que alguien se vuelva alérgico a alguna sustancia a la cual nunca había tenido alergia, y con la cual haya tenido contacto desde el nacimiento.
Aunque cualquiera puede hacerse alérgico, hay personas que tienen mayor predisposición, dependiendo principalmente de dos factores. El primero es la herencia genética. No se hereda la alergia en sí, sino la predisposición de ser alérgico, añade la experta.
El segundo factor es la exposición a alérgenos. Si alguien está expuesto a alguna sustancia en cantidades mayores de lo habitual, durante un tiempo prolongado, puede llegar a hacerse alérgico, aunque por herencia no estuviera particularmente predispuesto “Podemos hacernos alérgicos todas las sustancias con las que tenemos contacto. Como los alimentos, medicamentos, materiales del trabajo, y sobre todo partículas que llegan a nosotros por vía respiratoria como los ácaros del polvo, hongos, pólenes de las plantas y epitelios de animales domésticos”, señala la especialista del Hospital de Llevant.
Por otra parte, los materiales de trabajo sensibilizantes varían según la profesión, por ejemplo el latex en caso de los sanitarios, metales en caso de los mineros, soldadores, harinas en caso de panaderos o pasteleros.
Las enfermedades laborales más frecuentes, principalmente el asma (se cree que cerca del 10% del asma que padece la población tiene origen profesional) y la dermatosis o dermatitis de contacto, estimándose que pueden aparecer más de 10.000 casos al año aunque muy pocas ocasiones son diagnosticadas como enfermedades profesionales.
Según la doctora Sendy Chugo, del Hospital de Llevant, los pilares básicos del tratamiento son las medidas de evitación del alérgeno, el tratamiento farmacológico sintomático y la inmunoterapia o también llamadas vacunas.
Las vacunas representan el único tratamiento que puede curar y modificar el curso natural que suelen seguir las alergias, ya que actuarán reduciendo el grado de sensibilidad de nuestro organismo al alérgeno con lo cual nos permitirá prescindir de medicación y mejorar nuestra calidad de vida.
La vacuna consiste en la administración de dosis pequeñas de la sustancia a la que somos alérgicos, con el objetivo de lograr su tolerancia y no detectarla como extraña, dejando de reaccionar frente a las sustancias que antes nos causaban síntomas.
De los pacientes alérgicos en Baleares, un 80 % lo son a los ácaros, debido a la fuerte influencia de la humedad. Son alérgicos a los pólenes casi un 20% de los pacientes alérgicos y, entre ellos, la alergia al polen del olivo es la más frecuente, seguida de parietaria y, en menor medida, de la alergia al platanero y polen de gramíneas.
El final de la primavera y principio del verano “es la época de las alergias en la piel, teniendo más casos de urticarias y brotes de dermatitis provocadas por el calor. También el cloro de las piscinas puede empeorar algunas dermatitis atópicas, mientras que el agua salada las mejora, sobre todo en los más pequeños. También es importante recordar que es la época donde menos se está en casa y, por lo tanto, comemos más fuera de ella… por ello, los alérgicos a alimentos tienen que tener especial cuidado cuando se coma fuera.” Un riesgo importante en verano son las picaduras de insectos. Las avispas y las abejas son más comunes en esta temporada así que, si vas a estar al aire libre, procura vigilarlas. Es conveniente utilizar repelentes, sacudir la ropa dejada en el suelo antes de ponérsela, evitar andar descalzo fuera de la casa, usar ropas de colores brillantes ni estampados floreados así como perfumes de olor intenso cuando se salga al campo.
El riesgo –en la etapa veraniega, explica la doctora Chugo –va asociado a la alergia que le tenga cada paciente, pero también es cierto que en verano hay un mayor consumo de mariscos y pescados, alimentos altamente alergénicos. Hay que tener cuidado, pues muchos alimentos alergénicos pueden aparecer en numerosos productos de forma enmascarada y pueden ser ingeridos inadvertidamente. Igualmente se deben extremar las precauciones en el manipulado y cocinado de los alimentos. Es importante avisar en los restaurantes a lo que somos alérgicos.