JUAN RIERA ROCA / Siete entidades ecologistas han denunciado ante la Conselleria de Medio Ambiente y Territorio del Govern y ante el Consell de Mallorca el uso de escorias que consideran peligrosas en la construcción del trazado Llucmajor-Campos, e instado a Govern y Consell a tomar medidas.
Margalida Roselló, de «Autopista Mai» ha dicho esta mañana que han notificado los resultados de los análisis de laboratorio que confirman la presencia de elevadas cantidades de cuatro elementos tóxicos, quintuplicando los niveles permitidos en otras comunidades autónomas.
Los denunciantes se reunirán de nuevo en septiembre con el conseller de Medio Ambiente, Miquel Mir, y la presidenta del Consell, Catalina Cladera, aunque hoy por hoy lamentan que se advirtió del problema a la Conselleria hace cuatro meses y los materiales contaminantes continúan expuestos al agua y al viento.
Los ecologistas temen que las lluvias del final de verano generen arrastres y filtración de los materiales tóxicos en la tierra agrícola, el acuífero de Campos y los ecosistemas de la zona. GOB, Greenpeace, Terraferida, Amics de la Terra, Ecologistas en Acción y Salvem Portocolom son las 7 ONGs ecologistas denuncianetes.
Desde esta plataforma se avisa que las analíticas señalan que no se ha hecho el tratamiento necesario para descontaminar las escorias de la incineradora, acusando a Tirme, empresa gestora de la incineradora de Son Reus, se una actuación temeraria en este procesado de los materieales.
Los ecologistas sospechan que la administración oculta información ambiental y denuncian el presunto incumplimiento, por el Govern y del Consell, de leyes estatales sovre el acceso a la información pública, así como de la normativa balear de control de escorias procedentes de la incineración de Residuos Sólidos Urbanos (RSU).
Los ecologistas aseguran que ya se han vertido 12.500 metros cúbicos de escorias y que estos materiales se han utilizado sin estar previsto en el pliego de condiciones técnicas de la obra, en el estudio de impacto ambiental o en el plan de seguridad laboral, pese a contener componentes magnéticos y metales pesados.
Roselló ha pedido que se pare la obra a la espera de que se haga pública la composición de las escorias, del mismo modo que exige la retirada inmediata de los residuos vertidos a lo largo de los dos kilómetros del trazado antes de que un aguacero (como los que se esperan en las próximas semanas) disperse los contaminantes.