En primer lugar, puntualizar que somos totalmente conscientes de la emergencia sanitaria ante la que nos encontramos y a la que nos enfrentamos diariamente en primera línea, con el máximo esfuerzo y profesionalidad. Estamos trabajando en primera línea de batalla, arriesgando nuestra vida y la de nuestras familias, y lo seguiremos haciendo, pero necesitamos que nos apoyen y no que nos humillen. Más, cuando desde distintos organismos se están aportando diversas soluciones, como ya hemos visto. Por tanto, desde nuestra posición manifestamos nuestra disconformidad con las medidas adoptadas por el Gobierno expuestas en el Real Decreto 463/2020 publicado el 14 de Marzo en el BOE y exigimos: FINALIZAR NUESTRA FORMACIÓN COMO ESPECIALISTAS al igual que el resto de especialidades que si lo harán.
Ser CONTRATADOS DE ACUERDO CON NUESTRA CATEGORÍA PROFESIONAL. Inadmisible, vergonzoso, humillante, irresponsable. Mezquino el trato que el ministro filosofo Salvador Illa, que parece que quiere más sus ideales que a las personas, que minusvalora y no reconoce al papel de los Mires en esta crisis.
SIMEBAL, la CESM, la OMC, el COMIB le pide que rectifique o es que entre los 200.000 millones que el Gobierno ha puesto ¿no hay nada para pagar como se merece a los abnegados MIRES? Tengan altura de miras, tengan cachet moral. No lo consentiremos.
Exigencia Simebal al Govern Realizar test de coronavirus al 99% del personal sanitario, para evitar lo que esta pasando en muchas comunidades. Hay que centrarse en el diagnóstico. Proporcionar todos los medios adecuados para la protección activa y adecuada a los profesionales.
En derrota transitoria pero nunca en doma
Tiempos recios exigen construir mojones que dejen rastro que además escupe nuestro rostro. En esta construcción estamos todos, desde lo individual a lo grupal. Desde la singularidad a la pluralidad. Esto nos convoca a todos, ya nada nos es ajeno. Somos nosotros y el prójimo. El más próximo y el más lejano. Nuestra mirada no puede ser miope ni estrábica. Por eso tenemos que construir un relato que resignifique esta experiencia traumática que tiene un gran potencial pedagógico y rehumanizador. Conmueve y re-mueve nuestros valores: solidaridad, altruismo, responsabilidad, empatía y coraje. Las penas compartidas se dividen por dos. Esos aplausos diarios de la ciudadanía al personal sanitario (que incluye a todos los trabajadores de diferentes ámbitos sociales) son un gotero de serotonina, oxitocina y dopamina que les inyectan moral y amplifican su música.