Una de las reacciones alérgicas a picaduras más habituales es al veneno de himenópteros, es decir, avispas o abejas. “Aparecen rápidamente, a los pocos minutos después de la picadura y pueden ser de dos tipos, locales y sistémicas o generalizadas”, comenta el doctor Cerdá. Las locales se manifiestan con enrojecimiento, hinchazón y dolor de la zona afectada. “Aunque pueden ser muy intensas, si la inflamación no sobrepasa dos articulaciones, no son peligrosas y lo único que requieren es limpieza de la zona con agua y jabón, se puede aplicar amoniaco y frío local, además de tomar por boca, antihistamínicos y corticoides”, añade el especialista. Aveces, estas reacciones locales intensas dependen de una gran sensibilidad de la piel del niño que se llama dermografismo y no de una reacción alérgica.
Por su parte, las reacciones sistémicas implican gravedad y síntomas más allá de la zona afectada con la aparición de urticaria generalizada con habones y mucho picor, con inflamación de los ojos y la boca, estornudos y mucosidad, lagrimeo, dificultad para tragar y respirar, mareos, bajada de tensión y pérdida de conocimiento. Esto es lo que se conoce como reacción anafiláctica, que, en palabras del doctor Cerdà, “puede ser muy peligrosa para la vida. Si un niño sufre esta reacción hay que administrarle rápidamente adrenalina intramuscular, si se dispone de ella, además de corticoides y antihistamínicos y se debe acudir de inmediato a urgencias para valoración por el equipo médico y completar el tratamiento si fuera necesario. Finalmente, debe ser remitido al Servicio de Alergia Pediátrica que le corresponda, para que el caso pueda ser estudiado”.
La alergia al veneno de los himenópteros se desarrolla con el tiempo, y es poco frecuente en los más pequeños, ya que para que ocurra hace falta ser una persona atópica, genéticamente predispuesta, y haber recibido varias picaduras de abeja o avispa para quedar sensibilizado a su veneno. Sin embargo, una vez sensibilizado, en el siguiente mordisco aparecerán los síntomas de la alergia. Por ello, según Cerdá, “es importante estar pendientes de los niños, ya que a veces picadura de avispa o abeja puede pasar desapercibida”.
Un estudio reciente publicado en la prensa científica internacional afirma que la alergia al veneno de los himenópteros puede representar hasta el 34% de los casos de anafilaxia.
Todos los niños con alergia al veneno de estos insectos deben llevar, tal como aconseja el doctor Cerdá, “un botiquín que contenga adrenalina autoinyectable en pluma precargada, corticoides orales y antihistamínicos orales. Asimismo, deben saber autoadministrase la adrenalina si su edad lo permite, y sus padres tienen que estar adiestrados en el manejo de estos dispositivos, así como el personal de campamentos donde el niño pasa gran parte del verano”.