Modelo de sonda de control de la calidad del aire en espacios interiores – Foto: A.Costa / UIB
«Airea» es el nombre que recibe el sistema de control de la calidad del aire ideado por científicos de la Universitat de les Illes Balears (UIB) para ayudar a luchar contra el contagio del COVID19 a través de aerosoles de los aerosoles del nuevo coronavirus SARS-CoV-2 que puedan estar suspendidos en el aire
El grupo de investigación en Construcciones Arquitectónicas e Ingeniería de la Edificación de la UIB ha ideado un modelo de sonda para controlar de forma intuitiva parámetros que pueden comportar riesgos para la salud en ambientes cerrados, especialmente necesario en tiempos de pandemia.
La ventilación de los espacios cerrados es una de las recomendaciones que las autoridades sanitarias han incorporado al conjunto de medidas de prevención de la Covidien-19, junto con el uso de la máscara, el mantenimiento de la distancia y las medidas de higiene.
Con el objetivo de contribuir a la reducción de los riesgos de contagio de COVID19 en espacios interiores, los investigadores han ideado un modelo de sonda de control de la calidad del aire en espacios interiores, que permite hacer un seguimiento, entre otros, del riesgo de contagio por aerosoles del coronavirus.
La patente del sistema ya se comercializa con el nombre de Airea y se puede adquirir a través de la empresa ROBOTBAS, la que se ha firmado un contrato de explotación comercial con la UIB. Esta empresa se interesó por la patente y el concepto ideado por los investigadores de la UIB, y desarrolló el diseño final.
El dispositivo resultante de esta colaboración se puede ubicar en escuelas, oficinas, despachos, transporte público, gimnasios, hospitales, hogares, etc., y, en general, en cualquier lugar donde se desee controlar la calidad del aire interior para evitar contagios por gérmenes suspendidos en el aire.
El sistema no sólo valida la calidad del aire a partir de la concentración de CO2, sino que también puede medir otros parámetros, tales como la presencia de los llamados TVOC (compuestos orgánicos volátiles totales) o el HCHO (formaldehído), por la lo que será de utilidad en una sociedad ahora concienciada.
El sistema nace de la adaptación de una patente anterior del grupo, que consistía en el diseño de un sistema de control de ventilación cruzada para mejorar el confort térmico en los meses de calor / verano. En el diseño inicial, este sistema ya incorporaba un modelo de control de la calidad de aire interior.
El sistema se instaló, en el marco del proyecto europeo Life Reusing Posidonia, a una promoción de viviendas de protección oficial del IBAVI que se construyó en Sant Ferran (Formentera) y que fue merecedora del premio FAD de arquitectura 2018, entre otros.
Los investigadores de la UIB adaptaron los algoritmos de control del sistema a los requerimientos derivados de la situación causada con la pandemia por coronavirus, por lo que el nuevo sistema permite detectar cuando la calidad del aire anterior no es la adecuada y puede resultar peligroso para la salud.
El sistema también facilita la toma de decisiones de los usuarios, dado que indica cuando es necesario abrir para ventilar los espacios de manera natural con el objetivo de renovar el aire interior. Los avisos se hacen por medio de la iluminación por colores en una gradación de verde a rojo:
El dispositivo emite una luz verde cuando los valores están en niveles normales; naranja, cuando la calidad del aire disminuye y rojo, cuando se alcanzan niveles que superan los máximos recomendados y es urgente ventilar el espacio. El sistema incorpora también una señal acústica para alertar al usuario.
Permite que se establezcan niveles de microventilación frente a la opción de ciclos de carga y renovación no continuados, por lo que la calidad del aire se mantiene estable, impidiendo la exposición a niveles altos de concentraciones de aire insalubre, con niveles compatibles de confort térmico.
Además, el sistema desarrollado por los científicos de la Universitat balear fomenta el ahorro energético, porque permite compatibilizar la ventilación por salubridad con el uso de sistemas de climatización que no incorporen renovación mecánica o forzada de aire, tales como radiadores, suelo radiante o splits.
Por otra parte, también permite validar en tiempo real el buen funcionamiento de sistemas de climatización que sí renueven aire. La sonda puede medir en tiempo real el estado de los espacios interiores y transmitir los datos a distancia a través de WI-FI a un panel de control de usuario.
De este modo se pueden hacer seguimientos de los espacios donde están instaladas o análisis temporales, y también conseguir predicciones que hagan posible un modelado de comportamientos. Esta característica es de gran utilidad para las aulas y espacios docentes, destacan los diseñadores.
Ello es así porque el sistema permite anticipar las decisiones sobre cómo ventilar este tipo de espacios a partir de análisis en intervalos de tiempo e incrementos relativos de valores de CO2. De este modo, se pueden evitar las grandes pérdidas de confort térmico que ocurren cuando se ventila al ciento por ciento en los meses fríos, y, al mismo tiempo, valida la calidad del aire interior y la salubridad para los usuarios.