Automatizar el proceso de identificación de quienes han estado en contacto con un paciente infectado es el principal objetivo de las aplicaciones para teléfonos inteligentes que han surgido durante la pandemia COVID19, como la TousAntiCovid, en Francia, o el radar COVID, en España.
Un equipo internacional de científicos liderado por el Instituto de Epidemiología y Salud Pública Pierre-Louis, y con la participación de estudiantes de doctorado del IFISC (UIB-CSIC), ha publicado un estudio en Science Advances que evalúa la impacto de estas aplicaciones.
Este contacto se evalúa en los contactos en la epidemia de coronavirus en Francia. Para ello, propusieron un modelo compartimental aplicado en una red dinámica multicapa de individuos, calibrada con datos reales demográficas, de contactos y epidemiológicos.
Se exlporaron casos reales de detección de casos, adopción de aplicaciones, inmunidad de la población y transmisibilidad. La exploración de escenarios de transmisibilidad en el modelo ha sugerido que con una ligera reducción de la transmisibilidad respecto de la primera ola.
Esta reducción se estima en un 20 por ciento de adopción de la aplicación, que reduce la incidencia máxima en un 35 por ciento. La reducción de la incidencia máxima puede llegar al 60 por ciento, si esta porción de la población utiliza la aplicación de seguimiento de contactos.
Al incorporar los aislamientos en los hogares, la manera habitual de las medidas de contención utilizadas por la mayoría de los países europeos este último año, los investigadores observaron que las dos medidas se dirigen a las transmisiones en diferentes grupos de edad y entornos.
La aplicación registró sobre todo los contactos con adultos, y los contactos rastreados se produjeron predominantemente en el lugar de trabajo y en la comunidad. El aislamiento en el hogar redujo la transmisión en todos los entornos, con menos efecto en el entorno laboral.
En cambio, el rastreo digital de contactos tiene una gran eficacia en los contagios producidos en el trabajo, en la comunidad y en los transportes. El estudio concluye que la adopción de aplicaciones de localización digital de contactos implicó una disminución de las transmisiones.
Esta disminución se dio incluso entre el rango de edad más avanzada, en la que los teléfonos inteligentes son menos predominantes. Este efecto de blindaje indirecto del procedimiento de rastreo digital se hizo más evidente cuando se probó el modelo sin que los individuos de más de 75 años pudieran utilizar la aplicación, ya que no se observó un aumento significativo de casos. Estos resultados ponen de manifiesto la importancia de una estrategia de rastreo de contactos durante pandemias como la de COVID19 y que el desarrollo de aplicaciones que lo hacen de manera automática es una ventaja en las campañas de prevención.