Cifras que hace unos meses hubieran parecido propias del Día del Juicio Final, se han convertido en habituales desde que la variante ómicron del coronavirus SARS-CoV-2 ha logrado la supremacía e infecta ya mucho más que la variante Delta (que ya era mucho más infecciosa que las primeras versiones del virus. En las últimas 24 horas se han conocido 3.993 nuevos contagios, casi 4.000.
Sin embargo, Delta no ha desaparecido y aunque su presencia es cada vez menor, su gravedad es mayor, por lo que sabe por el momento, que la de Ómicron: Son pacientes COVID infectados por Delta los que ocupan las UCIs en casi un 99% de los 72 casos registrados en el último conteo que, además, incluye otras 4 muertes y ya son 1.074 en Baleares desde el inicio de la pandemia.
El dato sobre la supremacía de Delta en las UCIs lo ha publicado esta mañana el diario Última Hora en su versión digital ultimahora.es. La periodista Alicia Mateos recoge unas declaraciones del del subdirector de Atenció Hospitalària del Ibsalut, Paco Albertí que informa que de los 72 pacientes críticos por COVID sólo uno tiene Ómicron. En planta los pacientes Delta son el 85%.
Este dato apunta en la dirección de que Ómicron podría ser el futuro del SARS-CoV-2 en cuanto a su adaptación al medio: muy contagioso pero menos grave. Esta característica -que aún no se ha comprobado- favorece a los humanos porque ven reducido el riesgo se salud y de muerte, y al virus, que puede seguir su tendencia natural de multiplicarse, para lo que precisa contagiarse.
Delta cambió el perfil de los pacientes más graves, que pasaron de ser personas mayores y pluripatológicas, a jóvenes y personas en la primera madurez sin vacunar. En estos momentos los contagios están teniendo como vector de transmisión las relaciones sociales de las fiestas y los niños pequeños, que son aún los menos vacunados.
Los científicos recuerdan que las vacunas disponibles -tal como se ha dicho desde que se viera que se estaban ultimando los primero modelos- no evitan el contagio ni el desarrollo de la enfermedad, aunque atenúan sus efectos, reduciendo las muertes y los casos graves en más de un 90%, cosa que ha quedado demostrada, hace un año había muchos más muertos con muchos menos casos.
Por todo ello, aunque muchos de los miles de nuevos casos (conocidos y desconocidos, que también pueden ser miles, dado que se estima que los completamente asintomáticos con Ómicron son casi la mitad) sean en su mayor parte vacunados (dado que más del 80% de la población ya lo está) que las muertes y los casos graves se hayan reducido indica cierto nivel de control de la pandemia.