De izquierda a derecha: Jaume Pey, director general de la Asociación para el Autocuidado de la Salud (anefp), Navidad Sánchez Marcos, vocal de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (SEFAC), Josep Vilajoana, coordinador de la División de Psicología de la Salud del Consejo General de la Psicología (COP), Mª Eugenia Díez, coordinadora del colectivo COVID-19 persistente de Madrid y portavoz de la plataforma de colectivos y asociaciones Long COVID ACTS, José Luis Cobos, vicepresidente del Consejo General de Enfermería de España (CGE) y Julio Mayol, director de la Unidad de Innovación del Instituto de Investigación Sanitaria San Carlos (IdSSC). La doctora Pilar Rodríguez Ledo, vicepresidenta de La Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) intervino por videoconferencia.
Médicos de Atención Primaria, farmacéuticos comunitarios, enfermeros y psicólogos han establecido un consenso sobre el COVID persistente y han presentado 27 recomendaciones para tratar los síntomas leves de estos pacientes, según informa en una nota de prensa la Asociación para el Autocuidado de la Salud (anfp).
Siempre de acuerdo a esta entidad, se estima que hay aproximadamente más de un millón de afectados por COVID persistente en España, al menos el 10% de contagiados de COVID19. La anefp ha promovido esta iniciativa para alcanzar un consenso entre especialistas que impulse colaboraciones efectivas sobre la atención a estos pacientes con síntomas leves de COVID persistente.
Las recomendaciones de los expertos se centran en medidas para mejorar la identificación de pacientes con síntomas leves de COVID persistente, información que debe ser proporcionada en Atención Primaria, los tipos de tratamientos disponibles o la colaboración que debe haber entre los diferentes profesionales El Documento de consenso está disponible en este link.
Actualmente no hay consenso sobre la definición de COVID persistente en España. Desde octubre sí existe una definición oficial por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Tampoco hay un consenso de actuación y no se ha establecido un procedimiento para poder tratar los síntomas de estos pacientes, pese al impacto sobre sus vidas de esta enfermedad.
En este contexto, la anefp, con el apoyo de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (SEFAC), el Consejo General de Enfermería, el Consejo General de la Psicología de España y la asociación de pacientes Long COVID ACTS, ha impulsado el primer informe en este sentido.
El informe se ha centrado en los síntomas leves de la enfermedad que presentan algunos pacientes a largo plazo. Como resultado, se ha establecido un consenso en torno a la definición de COVID persistente al tiempo que se han acordado 27 recomendaciones para tratar los síntomas leves de los pacientes con COVID persistente.
Como ha explicado Jaume Pey, director general de la anefp, “la finalidad del documento es dar unas pautas de actuación para poder, en primer lugar, identificar a estos pacientes eficazmente y, en segundo lugar, poder tratarles aliviando sus síntomas y hacer un seguimiento eficaz de su evolución, con el objetivo de mejorar su calidad de vida”.
“Dado el elevado número de posibles afectados por los síntomas que se mantienen en el tiempo de COVID persistente y las posibles secuelas, para nosotros era fundamental establecer un consenso entre farmacéuticos comunitarios, médicos de Atención Primaria, enfermeros y psicólogos que permita impulsar colaboraciones efectivas».
Estas colaboraciones, añade, han de tener «impacto sobre los pacientes con síntomas leves de la COVID persistente. También buscamos concienciar sobre el uso de recursos adecuados en cada uno de los ámbitos de actuación y de la necesidad de compartir información para mejorar la atención de estos pacientes”, ha comentado Jaume Pey.
Para el desarrollo de este proyecto se ha creado una comisión asesora presidida por Julio Mayol, director de la Unidad de Innovación del Instituto de Investigación Sanitaria San Carlos (IdSSC), con representantes de farmacéuticos comunitarios, médicos de atención primaria, enfermeras y psicólogos y un miembro de Long COVID ACTS.
Con representación del colectivo español de pacientes se busca avanzar en una definición de consenso respecto al COVID persistente y en recomendaciones para el manejo de síntomas leves. Julio Mayol destaca que ya existen algunos estudios para estimar la prevalencia de la COVID persistente pero los datos disponibles hasta el momento no son homogéneos.
Pese a esta falta de homogeneidad “todos destacan la magnitud de pacientes que se ven afectados”, según ha indicado. Mayol señala que primero hay que poder identificarlos y diagnosticarlos y para ello se han concretado definiciones de conceptos que aún no tenían consenso, como el de síntomas leves del COVID persistente o la propia definición de este término.
“Entendemos por síntoma leve aquel problema de salud de carácter no grave que no tiene relación alguna con las manifestaciones clínicas de los otros problemas de salud que sufra el paciente, ni con los efectos, deseados o no, de los medicamentos que toma», ha dicho Mayol.
Y ha añadido «que no precisan por tanto diagnóstico profesional sanitario preciso y que responden o se alivian con un tratamiento sintomático”, destacando que esta definición ha sido consensuada por los 103 profesionales que han contestado a los cuestionarios que fueron la base para la elaboración del informe.
Los expertos también se han puesto de acuerdo en qué síntomas se consideran persistentes tras el COVID-19:
- Síntomas cardiacos (palpitaciones, hipotensión ortostática, hipertensión arterial, síncope, taquicardia, bradicardia sinusal), problemas de coagulación (hematomas, microtrombosis acras).
- Síntomas dermatológicos (urticaria, rash, alopecia).
- Trastornos digestivos (abdominalgia, dispepsia, pirosis, flatulencia, diarrea), síntomas generales (febrícula, escalofríos, anorexia, malestar general).
- Trastornos neurológicos (cefalea, parestesias, anosmia/cacosmia, disgeusia, dispraxia, déficit de memoria, inestabilidad, mareo, incapacidad para concentrarse), síntomas oftalmológicos, osteomusculares, otorrinolaringólogos, síntomas psicológicos (ansiedad, trastornos del sueño y otros) y síntomas respiratorios (disnea, tos seca y otros).
“Teniendo en cuenta lo anterior, se pueden definir como COVID persistente aquellos casos en que los síntomas guarden relación causal y temporal con el diagnóstico clínico y/o apoyado por test de laboratorio de una infección previa por el SARS-CoV-2. Las secuelas no son excluyentes con los síntomas de la COVID persistente”, ha afirmado Julio Mayol.
El consenso en las definiciones de los aspectos más importantes de los síntomas leves de la COVID persistente ha permitido tener un punto de partida sólido para que los expertos puedan realizar un total de 27 recomendaciones para el manejo de síntomas leves en pacientes con síntomas de la COVID persistente.
Las recomendaciones se centran en medidas que se pueden llevar a cabo para mejorar la identificación de estos pacientes, la información que se debe proporcionar por los profesionales de Atención Primaria, los tipos de tratamientos disponibles para los síntomas leves deL COVID-19 o las prácticas de colaboración que debe haber entre los diferentes profesionales.
Que profesionales de Atención Primaria, farmacéuticos comunitarios y psicólogos mantengan un rol activo en la identificación de pacientes que sufren síntomas leves persistentes de COVID-19, dar información sobre los síntomas persistentes o contar con competencias y sensibilidad para identificar síntomas leves psicológicos, son algunas de las recomendaciones que se proponen.
Desde este grupo de expertos añaden también una escucha activa y empática a estos pacientes y una correcta información acerca de los tratamientos autorizados. Por último, los especialistas han aconsejado, para disponer de un consenso de prácticas de colaboración entre profesionales, el seguimiento digital de los pacientes con síntomas leves persistentes del COVID-19″.
Consideran que se trata de una opción válida y que profesionales de enfermería de las residencias para mayores y de los centros de salud deben cooperar para la identificación y el manejo de estos pacientes. Asimismo, los expertos recomiendan compartir información entre todos los profesionales involucrados, pues ello mejora la eficiencia y seguridad de los tratamientos.
La Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) tuvo claro, desde el principio de la pandemia, el nuevo problema de salud que suponía la COVID persistente o COVID-19 de larga duración, según ha explicado su vicepresidenta, la doctora Pilar Rodríguez Ledo.
“Por ello, de la mano de los pacientes, la SEMG centró sus esfuerzos en los dos últimos años para conseguir conocer más esta nueva enfermedad y así poder ayudar a los afectados quienes, hoy en día, siguen estando desamparados y sujetos a una gran variabilidad en la atención que reciben”, explica Rodríguez Ledo.
Desde SEMG “no dudamos en ningún momento en unir nuestras fuerzas a otras sociedades científicas y asociaciones de pacientes, como ya hicimos con la elaboración en 2021 de la Guía de Atención al Paciente Long COVID, y como hacemos ahora con la adhesión a este documento sobre el manejo de pacientes con síntomas leves derivados del COVID-19”, añade.
La vicepresidenta de la SEMG celebra que en este proyecto se encuentren integrados los colectivos de pacientes afectados, “lo que garantiza que el proyecto esté centrado en las necesidades de los pacientes y en la transferencia y aplicación del conocimiento generado a los afectados y a la población en general”.
Por su parte, Navidad Sánchez Marcos, vocal de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (SEFAC) y miembro del grupo de COVID-19 que ha participado en la elaboración del documento, señala que «este consenso aporta un gran valor añadido por reunir una visión de la COVID persistente desde distintos ángulos sanitarios».
Todo ello favorece al paciente. Desde el punto de vista farmacéutico es importante reseñar que en las farmacias es habitual la detección de casos de personas que han pasado la infección pero tienen síntomas compatibles con COVID persistente y lo desconocen o lo asocian a otros problemas de salud (tos, dolor muscular, cansancio, etc.).
Además, se hace seguimiento de la evolución de pacientes que han dado positivo al hacerse test dispensados o realizados en las farmacias y esto nos permite saber si, una vez pasada la infección, hay una recuperación total o es necesaria algún tipo de intervención adicional, ya sea mediante una indicación farmacéutica de algún tratamiento o la derivación al médico».
En la misma línea, José Luis Cobos, vicepresidente del Consejo General de Enfermería de España (CGE), ha destacado que «este trabajo pone de manifiesto la importancia de la colaboración multidisciplinar si de verdad queremos obtener los mejores resultados en salud para nuestros pacientes. El COVID persistente es una realidad que afecta ya a un gran número de personas».
Entre estos afectados se encuentran también sanitarios cuyos síntomas persistentes y posibles secuelas a medio y largo plazo tienen un gran impacto en su calidad de vida. «Los enfermeros desempeñamos una labor esencial en el seguimiento de estos pacientes y en el control de su salud y eso debe preverse dentro del sistema sanitario» ha dicho.
Y añade: «Es necesario que se disponga de infraestructuras específicas para que las enfermeras puedan hacer ese seguimiento en consulta y exista una formación específica para que conozcan las claves del manejo de estos pacientes. Trabajos como este son necesarios para adaptar el sistema e impulsar la formación de nuestros profesionales».
Asimismo, Josep Vilajoana, coordinador de la División de Psicología de la Salud del Consejo General de la Psicología (COP), ha declarado que la pandemia de COVID-19 ha puesto de manifiesto la importancia de los factores psicológicos en una infección por virus. Y el informe así lo recoge.
“El trabajo realizado pone de manifiesto la íntima relación entre la persistencia de síntomas físicos, aunque leves, y el malestar psicológico de tipo adaptativo, además de mostrar la importancia del trabajo colaborativo y, cuando es posible, cooperativo entre los distintos profesionales implicados en la salud de las personas», ha explicado el psicólogo.
«Los resultados del informe ponen de relieve que hay que insistir en la necesidad de fortalecer el sistema de salud y sistemas adyacentes, en especial por lo que respecta a la psicología, y recordar la evidencia de que cada sujeto enfrenta, con o sin conciencia, de manera distinta un proceso infeccioso, desde lo biológico hasta lo psicológico”, añade.
Finalmente, Mª Eugenia Díez, coordinadora del colectivo COVID-19 persistente de Madrid y portavoz de la plataforma de colectivos y asociaciones Long COVID ACTS, ha agradecido, en nombre de la alianza de asociaciones y colectivos de afectadas y afectados por el COVID-19 persistente -Long COVID ACTS- a todas las entidades que han participado en el documento:
Díez ha puesto en valor “el manejo de pacientes con síntomas leves derivados del COVID-19” y su interés por esta nueva patología que afecta a entre un 10 y 20% de los contagiados por el virus del SARS-CoV-2. “Nos parece fundamental el abordaje integral de la Long COVID por médicos de familia, enfermería, psicología y farmacéuticos comunitarios».
Destaca la afectación multisistémica y la gran diversidad de síntomas registrados, pudiendo llegar a 200, 36 de media por paciente. También «queremos recalcar la importancia de la relación del paciente experto con los profesionales de la Salud para avanzar juntos y les estamos muy agradecidos de que hayan contado con nosotros para la elaboración de este informe”.
“En definitiva – tal y como ha concluido Jaume Pey, director general de la Asociación para el Autocuidado de la Salud (anefp)- se ha conseguido generar un documento de consenso que proporciona herramientas para impulsar acciones concretas para cada una de las profesiones vinculadas en el tratamiento de las personas afectadas con COVID persistente y acciones coordinadas entre ellas que aportan valor al paciente y al sistema de salud referente a los síntomas leves persistentes del COVID-19”.