Que la obesidad es una enfermedad que ocasiona otras enfermedades (muchas de ellas potencialmente mortales) y que nadie está gordo “porque quiere” es algo que la ciencia ya no discute, del mismo modo que la evidencia muestra que además se trata de una condición o una propensión que hay que vigilar y controlar a lo largo de toda la vida.
En los últimos años se han aprobado por la Agencia Europea del Medicamento (EMA), y ya forman parte del arsenal terapéutico de los especialistas de Juaneda Hospitales, los fármacos liraglutida y semaglutida, autoinyectables que ofrecen resultados óptimos en pérdida de peso y mejoría de la salud, siempre bajo vigilancia médica y son estilos de vida saludables.
«Lo más importante es que la gente tome consciencia de que no hay que frivolizar la importancia de los tratamientos médicos contra la obesidad como los fármacos inyectables que se están poniendo ahora tan de moda. No es tan sencillo como inyectarse un fármaco y adelgazar. Tiene que haber una valoración médica y un seguimiento por el especialista.»
Son palabras del Dr. Luis Alberto Gómez, médico endocrinólogo que, con el también especialista en esta rama de la Medicina, el Dr. Luis Masmiuquel, lideran la Unidad de Obesidad de Juaneda Hospitales, con consulta en Clínica Juaneda y Hospital Juaneda Miramar, que ya ofrece estos fármacos inyectables que han demostrado su gran eficacia para adelgazar.
El Dr. Gómez señala que «las inyecciones para adelgazar son fármacos, y como tales pueden tener efectos adversos y tienen sus indicaciones específicas. Hay varios tipos de estos fármacos y unos pueden ser más adecuados que otros para cada paciente. El médico que los paute tiene que estar familiarizado con estos medicamentos y tener experiencia en su manejo».
La obesidad tiene tratamientos médicos autorizados mediante inyectables desde hace dos años. Se trata de la familia de los análogos del GLP 1, que tienen la capacidad de activar sus receptores endógenos a nivel intestinal y de sistema nervioso central. El primero de los fármacos autorizados para su tratamiento fue la liraglutida y posteriormente se autorizó también la semaglutida, ambos disponibles en nuestro país
El primero se administra mediante una inyección diaria y el segundo con una inyección semanal, en ambos casos subcutáneas y autoadministradas por el propio paciente que recibirá una formación específica para ello en la consulta del especialista. «Dado que pueden provocar náuseas y vómitos –explica el Dr Gómez –tienen que estar sometidos a una prudencia en la dosificación.»
La dosificación de la liraglutida y de la semaglutida se va articulando, a lo largo de los días o las semanas, de acuerdo al medicamento que se ha indicado, en dosis bajas que se van aumentando a medida que pasan los días y según la tolerancia que el paciente muestra al medicamento: «Su titulación tiene que ser progresiva y cuidadosa», destaca el Dr. Gómez.
En un futuro próximo también estará disponible en España una nueva opción: tirzepatida, ya aprobada para el tratamiento de la diabetes tipo 2 en EEUU, que además de potenciar GLP-1 actúa sobre otro componente denominado GIP y que ofrece resultados muy prometedores en cuanto a pérdida de peso, según informa el Dr. Luis Alberto Gómez.
“Todos estos medicamentos –explica el Dr. Gómez– proceden de la investigación y de los ensayos clínicos para el tratamiento de la diabetes, enfermedad en la que se pueden utilizar indefinidamente.” “Sin embargo, en pacientes con sobrepeso/obesidad se utilizan a dosis superiores a las utilizadas en diabetes”, continúa el especialista.
Es por ello que “en este grupo no hay experiencia a dichas dosis más allá de cinco años. De lo que se trata es de encontrar la máxima dosis que sea eficaz y que sea bien tolerada y hay que mantenerla durante un tiempo prolongado” Es decir, “que no son medicamentos para tratamientos de un mes o dos y después dejarlo”, explica el Dr. Gómez.
Y es que “de otro modo habría un efecto de reganancia de peso.” El endocrinólogo de la Unidad de Obesidad de Juaneda Hospitales añade que, además, un proceso de adelgazamiento en los casos de sobrepeso no grave o excesivo, no puede esperarse que culmine antes de un periodo de por lo menos tres meses.
El Dr. Gómez hace especial énfasis en que “la dieta es siempre necesaria y sería un gran error pensar que por tomarse un tratamiento no hay que hacerla”. “Al contrario, –continúa –la dieta tiene que formar parte del estilo de vida de la persona que tenga sobrepeso u obesidad, que ha de asumir un estilo de vida saludable”, explica el especialista.
Y añade, para tranquilizar a quienes puedan pensar que llevar una dieta adecuada es difícil o imposible, que “es algo que prácticamente todo el mundo es capaz de hacer cuando se le explica bien. Pero es que además, hacer la dieta correctamente va a potenciar muchísimo el efecto de estos medicamentos.”
Un criterio fundamental para el éxito de estos tratamientos “es mantener la adherencia al fármaco pero también llevar la dieta, hacer ejercicio y someterse a los controles médicos establecidos, así como a los del dietista o del nutricionista. De hecho, el ‘comedor emocional’ (el que no come por hambre), puede superar al medicamento y engordar, si no sigue la dieta”.
“La obesidad es una enfermedad metabólica y crónica que requiere de un compromiso por parte del paciente en cuanto a hábitos de vida. La pérdida de peso será mayor y más sostenida si el fármaco se acompaña de dieta y ejercicio”, concluye el especialista, como resumen del enfoque que se ha de adoptar ante la obesidad y su tratamiento.