Joan Pou Bordoy - FOTO: A.Costa/UIB
La tesis doctoral de Joan Pou Bordoy, desarrollada en la Universitat de les Illes Balears (UIB), ha estudiado la relación entre las alteraciones electrocardiográficas y las enfermedades cardiovasculares en población mediterránea. La enfermedad cardiovascular sigue siendo la primera causa de mortalidad en el primer mundo.
La identificación de factores de riesgo (hipertensión arterial, hipercolesterolemia, tabaquismo, obesidad, diabetes mellitus) permite calcular el nivel de riesgo individual. Se puede así adaptar la intensidad de medidas preventivas para la presentación de infartos de miocardio, accidente vascular cerebral y muerte cardiovascular.
Es tema de estudio y debate si la presencia de algunas alteraciones del electrocardiograma puede ayudar a predecir el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. De hecho, no existían datos en población mediterránea, hasta la tesis de Joan Pou Bordoy, defendida en la UIB.
Esta tesis determina la asociación en población mediterránea entre la presencia de alteraciones mayores y menores del electrocardiograma y la posterior aparición de eventos cardiovasculares (infarto de miocardio, accidente vascular cerebral y muerte de causa cardiovascular).
Además estudia si contribuyen a mejorar la predicción del riesgo cardiovascular individual. En concreto, se han analizado 1.752 sujetos del Mediterráneo de entre 55 y 80 años con riesgo cardiovascular medio-alto, sin eventos cardiovasculares previos.
La tesis también ha analizado subgrupos de mujeres, hombres e individuos con riesgo cardiovascular moderado, que supone el grupo más numeroso en la población general y, por tanto, donde se producen más eventos cardiovasculares en números absolutos.
Tanto en hombres como en mujeres, las mayores alteraciones se asocian a la presentación de evento cardiovascular. En el caso de los hombres, lo hacen los criterios de hipertrofia de ventrículo izquierdo con inversión de onda T, el QT alargado y el bloqueo auriculoventricular avanzado.
En mujeres, las alteraciones mayores se asocian en su conjunto a la posterior presentación de eventos cardiovasculares. Las que más contribuyen son el descenso patológico del segmento ST, el bloqueo de rama izquierda y la fibrilación auricular.
El estudio de Joan Pou Bordoy concluye que las menores alteraciones del electrocardiograma no son un factor de riesgo cardiovascular independiente. En cambio, las alteraciones mayores sí son un factor de riesgo independiente para la aparición de eventos cardiovasculares.
Especialmente, el descenso patológico del segmento ST, criterios de hipertrofia de ventrículo izquierdo con inversión de onda T, bloqueo auriculoventricular avanzado, alargamiento del QT y fibrilación auricular, todo ello según indican fuentes universitarias en una nota de prensa hecha pública hoy.
En individuos de riesgo moderado, las alteraciones mayores también se asocian a la presentación de eventos cardiovasculares, pero no mejoran la capacidad predictiva del riesgo cardiovascular. El investigador apunta que datos de la tesis no permiten recomendar la utilización sistemática del electrocardiograma .
Esta sistemática no se recomienda para el cálculo del riesgo cardiovascular en población mediterránea de medio y alto riesgo. Sin embargo, sí aconsejan tener en cuenta alteraciones mayores al realizar un electrocardiograma a un paciente clínico, por el moderado incremento de riesgo cardiovascular que suponen.
Ficha de la tesis
Autor: Joan Pou Bordoy
Título: Alteraciones electrocardiográficas y predicción de enfermedad cardiovascular. Estudio en población mediterránea de medio y alto riesgo (PREDIMED)»
Directores: Dr. Miguel Fiol Sala y Dr. Alfonso Leiva Ruso
Programa de Doctorado en Investigación Translacional en Salud Pública y Enfermedades de Alta Prevalencia
