El diagnóstico por imagen se considera como un tipo de prueba determinante para la detección del cáncer de mama, la enfermedad oncológica más diagnosticada en todo el mundo y la más numerosa en mujeres en España, con unos 34.000 nuevos casos anuales.
Para su cribado, de diagnóstico o descarte, es habitual el uso de mamografías, y en aquellos casos positivos las resonancias magnéticas se convierten en aliadas para hacer seguimientos periódicos. La división Healthcare de Fujifilm innova en este ámbito.
Para mejorar su pronóstico es importante realizar pruebas de cribado para su detección precoz y, en este sentido, la elección habitual en los protocolos de salud es la mamografía. No obstante, el uso de otras pruebas de diagnóstico por imagen también es importante.
Estas pruebas sirven para el seguimiento de las pacientes. Es el caso de las ecografías de mama, la resonancia magnética, los rayos X, la tomografía axial computarizada (TAC) o la tomografía por emisión de positrones (PET), útiles en el análisis de cada caso y su pronóstico.
Gracias a ellas no sólo es posible detectar zonas sospechosas y saber cuánto se ha propagado un cáncer. También ayuda a determinar si el tratamiento que está recibiendo un paciente está siendo eficaz o si la enfermedad regresa tras una terapia aparentemente efectiva.
En este sentido, la división Healthcare de Fujifilm trabaja de forma constante para mejorar la salud del paciente en general y el cuidado de la mujer, en particular, innovando y optimizando estos equipos para ser mucho más eficientes en la detección del cáncer de mama.
Entre sus últimas novedades están sus equipos de resonancia magnética más rápidos y silenciosos mejorando el confort del paciente, y sus modelos de radiodiagnóstico portátiles y ultra móviles, que pueden acercarse allí donde esté la paciente.
Fujifilm también lleva tiempo apostando por mejorar los equipos de mamografía y ecografía, con especial atención en la tomosíntesis, que utiliza tecnología 3D con inteligencia artificial para mejorar su eficacia y permite obtener planos milimétricos de toda la mama.
Otra tecnología con gran potencial es la mamografía por contraste, una prueba alternativa a la resonancia magnética que consiste en introducir un contraste yodado por vena y obtener una imagen donde se realzan los tumores mamarios, mejorando su detección.
Esta prueba “es compatible con portadoras de marcapasos y, además, al realizarse en un espacio abierto elimina la claustrofobia que algunas veces se sufre en las máquinas de resonancia”, comenta Pedro Mesquita, director general de Fujifilm para España y Portugal
En opinión de la Dra. Pilar Manchón Gabás, directora médica regional de Affidea, la mamografía “nos ha permitido evitar un 30% de muertes por esta enfermedad. Pero todavía hay casos en los que no llegamos a tiempo y la detectamos demasiado avanzada”.
Manchón reconoce que “hace tiempo que hemos aprendido que la detección es superior en estudios como la resonancia, donde vemos más allá de las formas de los tumores, podemos ver su comportamiento, su función”.
Acaba de arrancar una nueva era derivada de ambas tecnologías: la mamografía espectral. “Se le añade el uso de contraste, convirtiéndose en una herramienta casi tan potente como la resonancia pero rápida, sencilla y cómoda como una mamografía”.
“La manera en cómo hacemos diagnósticos ha empezado a cambiar y ahora en una sola prueba podemos descartar dudas y evidenciar quiénes van a necesitar una biopsia. Se trata de una nueva tecnología que nos ayuda a poner barreras al cáncer de mama”.