Investigadores de Vall d’Hebron han creado una colección de modelos de colangiocarcinomas que permite identificar potenciales áreas de tratamiento. Los resultados obtenidos en este estudio, que ahora se publica en la revista Clinical Cancer Research, una revista de la American Association for Cancer Research (AACR), pueden ayudar a priorizar posibles ensayos clínicos y brindar una atención precisa y personalizada a estos pacientes, que actualmente cuentan con pocas opciones terapéuticas.
Los investigadores del Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO) han desarrollado una colección de xenoinjertos derivados de pacientes con colangiocarcinoma avanzado, capaces de recapitular tanto las características histopatológicas como moleculares de los tumores originales. Esta colección es una de las más grandes de Europa. Se ha probado la respuesta a los inhibidores de PARP en tumores con diferentes mutaciones relacionadas con la deficiencia de recombinación homóloga, y se ha obtenido solo una respuesta positiva en el modelo con una mutación en el gen BRCA2.
Los colangiocarcinomas son un grupo diverso de neoplasias malignas del tracto biliar. Es la segunda neoplasia hepática primaria más frecuente y a menudo no presenta síntomas en sus etapas tempranas, lo que hace que se suela diagnosticar en un estado ya avanzado y con opciones terapéuticas limitadas. Esto hace que su tasa de supervivencia a 5 años cuando se presenta en forma metastásica sea tan solo del 2%.
Ahora, los investigadores del Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO), que forma parte del Campus Vall d’Hebron, han creado una colección de xenoinjertos derivados de pacientes –modelos de cáncer en los que el tejido o las células del tumor de un paciente se implantan en un ratón inmunodeficiente o humanizado– que permitirá identificar potenciales áreas de tratamiento del colangiocarcinoma avanzado.
Dicha colección ya ha sido utilizada en una investigación que ha demostrado que la mutación BRCA en estos pacientes podría ser un buen biomarcador para el uso de inhibidores de PARP. “Este estudio ha permitido caracterizar los modelos derivados de pacientes con colangiocarcinoma y entender mejor la heterogeneidad de estos tumores”, afirma Queralt Serra-Camprubí, estudiante de doctorado en el Grupo de Investigación Traslacional del Cáncer Gastrointestinal No Colorrectal del VHIO y primera autora del manuscrito que acaba de ser publicado en Clinical Cancer Research, una revista de la American Association for Cancer Research (AACR).
Esta investigación ha estado liderada por el Grupo de Investigación Traslacional del Cáncer Gastrointestinal No Colorrectal del VHIO, en donde se combina la investigación preclínica y clínica con el objetivo de hacer llegar los avances descubiertos en el laboratorio a los pacientes lo antes posible. “Nuestro grupo se caracteriza por la combinación de estas dos áreas de la investigación y con ello pretendemos trabajar para conseguir una rápida traslación de potenciales nuevos tratamientos de la preclínica a la clínica, y para lograrlo es fundamental contar con grupos que combinen ambas investigaciones, como el nuestro”, explica la Dra. Teresa Macarulla, jefa del Grupo de Investigación Traslacional del Cáncer Gastrointestinal No Colorrectal y médica oncóloga del Hospital Universitario Vall d’Hebron, quien ha liderado la investigación junto con el Dr. Tian Tian, líder del equipo preclínico del mismo grupo.
Como ya se ha explicado anteriormente, para llevar a cabo este proyecto los investigadores del VHIO desarrollaron toda una colección de xenoinjertos derivados de pacientes o PDX con colangiocarcinoma metastásico irresecable, una de las más grandes que hay actualmente en Europa. “Hasta la fecha, la mayoría de estos modelos se derivan de tumores primarios extirpados quirúrgicamente y esto hace que los modelos enfocados a la enfermedad avanzada irresecable no sean la situación real del paciente. En este proyecto hemos trabajado para crear modelos que se asemejen al máximo al tumor del paciente”, apunta la Dra. Teresa Macarulla.
Estos PDX se generan mediante el trasplante de muestras tumorales intactas y derivadas de pacientes a ratones, que conservan sus características y son capaces de recapitular la heterogeneidad intra e intertumoral. “Es importante destacar que estos modelos exhiben respuestas al tratamiento concordantes con las encontradas en pacientes con cáncer y por eso se han convertido en una valiosa herramienta para evaluar potenciales nuevos tratamientos e identificar biomarcadores que luego podamos trasladar a la práctica clínica lo antes posible”, explica el Dr. Tian Tian.
Investigaciones previas habían servido para identificar múltiples mutaciones patogénicas en el colangiocarcinoma. Así, ya se sabía que en esta enfermedad hay mutaciones en varios genes distintos –IDH1 e IDH2, en ARID1A y B, en BAP1 y en BRCA1/2– y que estas están presentes en entre el 40 y el 50% de los pacientes con colangiocarcinoma. Por eso se han convertido en objetivos prometedores para el desarrollo de nuevas estrategias terapéuticas. Una de las vías con más potencial en este sentido es el uso de inhibidores de PARP, debido a que todas estas mutaciones están relacionadas con una deficiencia en la vía de reparación de la recombinación homóloga.
Un hallazgo importante de este trabajo es el potencial valor terapéutico de la mutación en el gen BRCA para el tratamiento con inhibidores de PARP. “Con este estudio hemos descubierto que los modelos derivados de colangiocarcinomas avanzados con mutación BRCA2, que representan aproximadamente el 3% de todos los pacientes con colangiocarcinoma, responde a estos inhibidores, lo que indica un potencial uso de estos tratamientos en estos pacientes. Sorprendentemente, los modelos derivados de pacientes con otras mutaciones estudiadas no respondieron y la ausencia de eficacia contrasta con lo que se esperaría según los datos publicados previamente. De todas formas esto también es un dato positivo ya que permite tratar a los pacientes de forma personalizada”, explica el Dr. Tian Tian.
Estos resultados conseguidos ahora parecen sugerir que las otras mutaciones no BRCA2 no deben usarse como biomarcadores pancancerosos para predecir la respuesta a los inhibidores de PARP, aunque hayan demostrado su utilidad en algunos cánceres como el de ovario o el de mesotelioma. “Es poco probable que los pacientes con colangiocarcinoma avanzado con estas mutaciones se beneficien de una monoterapia con inhibidores de PARP y se necesitan todavía más estudios para investigar en qué tipo y/o subtipo de cáncer estas mutaciones están asociadas con la sensibilidad a estos inhibidores”, añade la Dra. Teresa Macarulla, quien explica como el objetivo final de este proyecto es caracterizar mejor el colangiocarcinoma mediante modelos PDX, y con ello mejorar las opciones terapéuticas de estos pacientes.
Este estudio ha sido posible gracias a la Dra. Sandra Peiró, que fue la jefa del Grupo de Dinámica de la Cromatina del Cáncer de VHIO y que lideró las etapas iniciales del proyecto a nivel preclínico, así como por la Fundación FERO, la Fundación la Caixa y la Fundación Cellex, quienes proporcionaron instalaciones y equipos de investigación. También ha sido apoyado por las becas de la Fundació La Marató de TV3, la beca de investigación BeiGene, la Asociación Española Contra el Cáncer, el programa de investigación Ramón y Cajal y el Instituto de Salud Carlos III.